Niños y mujeres atacan trenes como en el Lejano Oeste… pero en el Bajío
Hasta hace seis años se registraban en Ferromex un promedio de 2 robos por cada mil vagones. Ahora la incidencia es de un robo por cada 100 carros.
“Son bandas de 150 a 200 personas, lideradas por mujeres y niños; se suben al tren, cierran las válvulas de aire de los vagones y el tren se frena. Abren los candados, liberan la mercadería (lo que sea… granos, tenis, electrónica, chatarra) y llegan camionetas con cientos más a cargar todo. Están sumamente organizados. Son operativos perfectos”. Así me relataba Rogelio Vélez, director general de Ferromex, un asalto común —cada vez más común- a un tren de carga en México.
Ferromex es el operador ferroviario más grande del país, tanto por su extensión —8 mil 100 km— como en el número de carros que posee. Es uno de los tantos negocios bajo el paraguas del poderoso Grupo México, que preside Germán Larrea.
Hasta hace seis años se registraban en esta empresa un promedio de 2 robos por cada mil vagones. Ahora la situación se ha agravado y este año ya la incidencia es de un robo por cada 100 carros. “Aún así somos más seguros, o tenemos menos robos, que los camiones”, agrega Vélez.
Las zonas más calientes y donde más organizadas están estas bandas son en el Bajío y Zacatecas. En este último caso lo que más roban es el diésel de las locomotoras.
¿Se debe a la crisis o a que adjudican ustedes el aumento en estos robos?, “A la impunidad. Estos operativos dejan a cada uno más que cualquier trabajo remunerado”, agregan desde la empresa.
Una de las acciones que se lograron en todo el sector ferroviario en el último tiempo fue lograr que se considere el robo a trenes como un delito grave. Antes, después de una denuncia al Ministerio Público y si había algún detenido (en su mayoría menores de edad), a no más de dos horas quedaban libres los detenidos y la causa prácticamente sin consecuencias. “Con esta nueva figura, al menos ya no pueden salir los ladrones bajo fianza”, afirma Vélez.
Sin duda, la prima de seguros creció y un servicio de protección que daba Ferromex a sus clientes —de garantizar con 50 mil dólares cualquier carga— ya lo eliminó. Ahora se ha reducido a solo lo que se estipula por ley: 15 salarios mínimos diarios por tonelada transportada.
Según relatan en la empresa, las escenas de “el asalto al tren” son como en las películas. Solo que en este caso, la realidad y la impunidad superan a la ficción.