No alcanza con ser ricos
En México somos la economía número 11 del mundo y la dos de Latinoamérica. Pero si le pasamos el filtro del Índice de Progreso Social estamos en el lugar 25.
Muchos estudios hacen una relación directa entre el crecimiento económico de los países y su desarrollo social. Lo cierto es que no es tan cierto. Tener más riqueza per cápita no es un sinónimo, muchas veces, de progreso general de su gente.
Y para apuntalar esta percepción, un grupo de organismos y empresas decidieron financiar una organización, The Social Progress Imperative, que se encargara de cruzar 53 variables de una decena de informes internacionales y estudios de desarrollo. Coordinó todo este esfuerzo la Escuela de Negocios de Harvard y el propio Michael Porter.
Estos cruces dieron por resultado un trabajo resumido como el Índice de Progreso Social. “Aquí se mide la capacidad que desarrollamos en cada país para asegurar el crecimiento más parejo de su sociedad; de que todos tengamos la misma posibilidad de desarrollarnos”, me resume Daniel Aguiñaga, socio líder de Gobierno Corporativo y Sustentabilidad de Deloitte México. Esta consultora y Compartamos Banco fueron los socios locales de la investigación que analizó a 50 países.
B. Pero si le pasamos el filtro del Índice de Progreso Social estamos en el lugar 25 y entre los latinoamericanos bajamos al puesto 6. Nos superan en desarrollo social Chile, Argentina, Brasil, Colombia y Perú.
¿En qué andamos mal? En “Seguridad personal” (homicidios, crímenes violentos, percepción de criminalidad), donde bajamos hasta el lugar número 48 entre 50 países. También en “Acceso a la información y a la comunicación” (número de teléfonos celulares, penetración de internet, usuarios de banda ancha, libertad de prensa). Aquí estamos en el lugar 32. Donde tampoco salimos bien parados es en “Acceso a educación superior”. Aquí quedamos también en el número 32.
¿En qué andamos bien? En “Nutrición y cuidado médico básico”, donde calificamos en el lugar 15 y en “Salud y bienestar”, que nos coloca en el puesto 18.
“Subir solo el PIB per cápita no alcanza, si no tenemos a toda la población debidamente atendida”, agrega Aguiñaga.
El informe completo suma 150 páginas y pesa casi un kilo. Sin duda, debería estar no solo en el escritorio de Porter, sino en el de los funcionarios que tienen el poder de decidir políticas que mejoren las otras variables, las que no son solo económicas.