No apta para políticos

Quienes movemos a México no son los políticos, que ganan grandes cantidades de dinero para ir a calentar la silla.

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De hace unos meses para acá nos la hemos pasado en reformas: la reforma energética, la reforma educativa y ahora la reforma hacendaria.

Los de izquierda ya dijeron que no quieren que se venda Pemex y los maestros ya salieron a decir por qué no quieren la reforma educativa. Ambas manifestaciones ya las esperábamos, sabíamos quiénes son los interesados en esos temas, aunque nos atañen a todos, y no le sorprendieron a nadie las marchas y tomas que han hecho.

Ahora, con la reforma hacendaria, la cosa cambia un poco. Como sabemos, en México hay muy pocos ricos, muchos pobres y una clase media que mueve al país y que poco a poco va desapareciendo. De hecho, usted y yo, infiero, somos de esa clase que tiene un trabajo o recibe un salario a cambio de un trabajo. Trabajamos ya sea en una empresa establecida o vendiendo algo o proporcionando algún servicio por su cuenta. Somos personas que mantenemos una casa, pagamos renta o la mensualidad de una casa o una hipoteca; tenemos hijos en edad escolar y/o mascotas que complementan la familia. Con mucho esfuerzo y ahorro podemos salir de vacaciones o asistir a un concierto o a una obra de teatro. ¿Se identifica?

Pues con la reforma hacendaria que propuso el presidente y que ya aprobaron los diputados federales, todo eso va a aumentar. Ahora las transacciones inmobiliarias tendrán IVA, así que para comprar una casa de un millón de pesos se tendrá que pagar un 24% más, suponiendo que tenemos un ingreso de 35 mil pesos para que nos otorguen un crédito para comprarla. 

Y si usted y su pareja trabajan y tuvieron que cambiar de escuela a sus hijos, de una pública a una privada, porque los maestros nunca daban clase y usted no podía quedarse en casa con los niños, también tendría que pagar IVA en las colegiaturas. Y ni hablemos de las mascotas, que aunque son parte de la familia, cuando aumente el precio de su alimento no habrá más remedio que abandonarlas, lo que generará un grave problema de salud pública. ¿Quiere ir a un concierto? Eso es un lujo, ahora tendrá que pagar impuestos. 

Los impuestos a nadie le gustan, es cierto, pero francamente me sorprende que piensen que todo lo que acabo de mencionar es un lujo, cuando en el país en el que vivimos es una necesidad. Y ahí es cuando pienso que quizá no conocen bien al pueblo, quien debe salir y defender sus intereses.

Y no estoy sugiriendo tomar calles y hacer desmanes, estoy proponiendo estar al pendiente de las autoridades y exigir una rendición clara de cuentas. A fin de cuentas, quienes movemos a México no son los políticos, que ganan grandes cantidades de dinero para ir a calentar la silla, en la mayoría de los casos, somos nosotros, que hemos estado más preocupados por seguir trabajando y manteniendo un nivel de vida aceptable, en lugar de involucrarnos y exigir.

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