No era la narrativa, la violencia es del sexenio de Peña

Hay que reconocer que lo que hoy informa el Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública es muy superior a lo que informaba hace 18 meses.

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El gobierno de Enrique Peña Nieto llegó a Los Pinos pensando, aconsejado por algún despistado, que el problema de la violencia durante el sexenio pasado era asunto de “comunicación”, de “narrativa”, o algo similar.

Hicieron todo para cambiar la narrativa. Eduardo Sánchez, desde la Segob, fue nombrado vocero para hablar bonito de los muertos. Hasta se llevó a Acapulco a los directores de comunicación de estados y dependencias para instruirlos en un nuevo lenguaje. Revisaron metodologías, fueron mucho más disciplinados en cómo dar cuenta de la violencia.

Hay que reconocer que lo que hoy informa el Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública es muy superior a lo que informaba hace 18 meses.

Es cierto: en el asunto de comunicación de la violencia este gobierno es mucho mejor. Pero comunicar es solo comunicar.

En donde no hay mucho cambio es en la violencia, en el delito, en lo que sucede en las calles, en las casas.

Una cita de un boletín de ayer: de acuerdo con el tercer levantamiento de la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana, realizada por el Inegi, para el pasado marzo de 2014 y en términos de delincuencia, 72.4% de la población de 18 años y más consideró que vivir en su ciudad es inseguro. En comparación con el resultado del mes de diciembre de 2013, que fue de 68.0%, implica un incremento de 4.4 puntos porcentuales.

Para que quede claro: siete de cada diez mexicanos piensan que viven en la inseguridad.

Cito de una nota de mi colega Jesús Badillo en MILENIO. “El domingo a las 3 de la tarde, Carmen y sus hijos estaban solos en casa. Su esposo había salido de la ciudad, cuando grupos armados rompieron el silencio de la casa en una colonia cerca de la llamada zona dorada de Tampico, el área comercial más importante del sur del estado. Inició la balacera. Ráfagas constantes se escucharon cerca de esa casa. “Nos tiramos al suelo, qué miedo. Después nos dirigimos a uno de los clósets y ahí nos resguardamos”, dijo Carmen. Al terminar la balacera, llamó a sus familiares para decirles que estaban bien. “Estábamos en el ropero”.

Peña Nieto debe entender que problema de la violencia es tan suyo como fue de Calderón y tiene que ocuparse.

Y que no le van a alcanzar comisionados. Es más grave.

[email protected] 

Twitter: @puigcarlos

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