No es la izquierda ni la derecha
En lo económico EPN reformó bien, con la única crítica de que no involucró a empresarios nacionales y regionales en las obras públicas.
La baja popularidad del presidente puede atribuirse a eventos de seguridad y transparencia como lo pueden ser Ayotzinapa, la Casa Blanca y el tiempo tan largo de respuesta a desajustes sociales derivados de las reformas y problemas políticos de los estados ventilados en las redes sociales. Pero la percepción se hace realidad cuando la política le pega a la economía familiar.
Estamos hablando de tasas de interés altas, aumento de precios y dólar caro, porque el desempleo no ha sido grave, pero va a serlo pronto.
Se esperaba que las reformas fueran a tocar intereses económicos, por ejemplo, las normales rurales que servían de albergues a maestros, porque les daban cuartos y comidas, recortaron sus presupuestos, el gobierno los iba a sustituir con inversiones rurales, pero la baja del petróleo canceló programas; la reforma fiscal iba a hacer que las personas físicas y morales pagaran más impuestos, la moneda de cambio sería de recursos directos a través de la Secretaría de Economía para modernizarse. Todos los costos de las reformas debieron ser compensados para no desemplear a nadie, pero vinieron esos costos y ya no hubo dinero para la reconfiguración social.
En lo económico Peña Nieto reformó bien, con la única crítica de que no involucró a los empresarios nacionales y regionales en las obras públicas pagadas con dinero de los mexicanos.
La estrategia era gastar vía deuda, el déficit fiscal aumentó, la inversión privada iba a generar impuestos para pagarla, pero al caer el petróleo el gobierno hizo recortes para volver al equilibrio fiscal; los recortes hicieron que la expectativa de la economía bajara y los empresarios no inviertan (salvo los monopolios); los americanos están sacando su dinero del país, el 31 de diciembre de 2015 la tenencia de cetes por extranjeros era de 447 mil millones de pesos, al 11 de mayo de 2016 fue de 268 mil millones, por eso las tasas de interés de tarjetas de crédito están altísimas, el dólar aun con barril de petróleo ligeramente hacia arriba no ha podido contener la estampida de capitales que buscan tasas de interés mejores sin riesgos de devaluación; por eso Banxico subió las tasas y Hacienda está apurada haciendo recortes para tener equilibrio fiscal y ahora sí invertir en la economía sin deudas.
No es la izquierda, no es la derecha, Inglaterra sale de Europa para proteger sus empresas locales, Trump gana adeptos hablando de empresas locales. ¿Cuándo nos tocará un líder que hable de indicadores estatales y no nacionales?