No estuvieron a la altura

Los diputados federales de todas las fuerzas políticas defraudaron por completo, al no dar la batalla con determinación...

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Los diputados federales de todas las fuerzas políticas defraudaron por completo, al no dar la batalla con determinación para evitar que el IVA aumente del 11 al 16 por ciento en zonas fronterizas, dejando al sur de Quintana Roo como condenado al matadero, con un escenario gris que debe preocuparnos y ocuparnos a todos.

Hablamos de seis legisladores de cuatro fuerzas políticas: Raymundo King de la Rosa, Román Quian Alcocer, Gabriela Saldaña Fraire, Lizbeth Gamboa Song, Gabriela Medrano Galindo y Alicia Ricalde Magaña.

Independientemente de que los priistas Lizbeth Gamboa y Raymundo King sean de la capital del estado –la directamente damnificada cuando entre en vigor este aumento al IVA–, los demás diputados tienen una obligación ineludible por el simple hecho de ser quintanarroenses, o por haberse adjudicado aquí la representación aunque su vinculación sea somera, como en el caso de Gabriela Medrano, del Verde Ecologista.

Para empezar, los diputados federales no hicieron a un lado sus militancias partidistas para sumar esfuerzos a fin de darlo todo para intentar el salvamento. Sabíamos que no están habituados a cerrar filas cuando hay causas que reclaman la suma de esfuerzos, pero al menos lo hubiesen intentado.

Porque allá en la frontera norte se dio una defensa ejemplar que siguió con mucha atención el gobierno federal. En cambio, difícilmente en Los Pinos se tomó nota de la reacción de los representantes de los quintanarroenses, por lo tibia y tardía.

La lección debe ser asimilada de inmediato, ya que viene en camino un cuarto distrito federal electoral cuyo peso será intrascendente, valorando el desempeño de los representantes populares que asumieron el papel de espectadores.

      Los que deben reaccionar 

En las universidades y centros de educación superior del sur de Quintana Roo es obligada una reacción a la altura de las nuevas circunstancias, a fin de que sus autoridades den un golpe de timón para replantear su oferta de carreras, para no alimentar el ejército de desempleados con sus egresados.

Ciertas carreras ya no tienen cabida en un mercado laboral que demanda otro tipo de profesiones, de ahí que los rectores y directores de estos planteles den el primer paso para sostener un encuentro con gobierno y sector empresarial, a fin de generar los profesionales reclamados.

Y se debe tomar ya en serio la despreciada opción de diversificar el desarrollo de los sectores, ya que casi el 100 por ciento se concentra en el comercio y el turismo, aunque este último no ha detonado.
La nula producción de bienes ha sido el sello distintivo del sur del estado, muy cómodo en la actividad comercial –explotada actualmente por firmas foráneas– y en las fuentes de empleo que ofrecía sobre todo el gobierno del estado.

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