No pasa nada

Y es verdad, para qué planear, si podemos improvisar en el camino, al fin nunca pasa nada

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En México nunca pasa nada, hasta que pasa, y cuando pasa, todos decimos, pos claro, tenía que pasar. 
Mario Moreno ‘Cantinflas’

Y es verdad, para qué planear, si podemos improvisar en el camino, al fin nunca pasa nada; aunque digan por ahí: si no sabes a dónde vas cualquier camino te llevará.

Siempre un área de oportunidad nos brinda la ocasión para corregir el rumbo, reparar lo dañado, cambiar lo inservible, buscar la mejora. Tener la capacidad de identificar áreas de oportunidad es vital por eso medir es fundamental. Si no podemos medir objetivamente lo que hacemos, no podemos mejorar. Los indicadores cuando son ciertos-no disfrazados, ni maquillados-son una herramienta útil para la planeación, que no es otra cosa más que “plan” qué queremos lograr, hacia dónde queremos ir y “acción” cómo lo vamos a hacer.

Saber en dónde estamos y cómo estamos nos permite identificar nuestras fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (FODA),  es decir nuestro potencial real para llegar a dónde queremos llegar. Pero para saber si una vez iniciado el viaje avanzamos en la dirección correcta, pues es necesario medir el avance y checar el rumbo. Cualquier capitán de navío sabe eso, siempre es necesario saber a dónde se va para trazar el rumbo y que toda la tripulación sepa la directriz, para que todos trabajen coordinadamente al mismo ritmo, con el mismo vigor y que el barco avance viento en popa.

A dos años de gobierno, tenemos una gran área de oportunidad, es tiempo de medir nuestros indicadores estratégicos, es tiempo de saber si en realidad nos estamos moviendo en el sentido correcto. Necesitamos saber nuestro real potencial (FODA) para llegar a nuestro objetivo… crecer, generar riqueza, disminuir la deuda pública interna y externa, exportar más de lo que se importa, para que la población tenga más PIB per cápita y con esto eleve su calidad de vida.

Podemos ver entonces nuestras:

Fortalezas: Recursos naturales (petróleo, gas, minerales, maderas preciosas, infraestructura productiva), es decir riqueza natural, posición geo estratégica privilegiada…

Oportunidades: En todo el Estado, en sus tres órdenes (Ejecutivo, legislativo y judicial) y en sus tres niveles (federal, estatal y municipal).

Debilidades: Pobreza extrema, analfabetismo, PIB muy bajo, alta deuda pública, desempleo, falta de oportunidades, escasa distribución de la riqueza…

Amenazas: Alta incidencia delictiva, altos índices delictivos, crisis social, pérdida de valores sociales, altos niveles de corrupción, gran impunidad…

Y darnos cuenta que es quizá uno de los retos más importantes de México en este sexenio, en este siglo XXI, para todos, que estamos en este mismo barco. Es tiempo de preguntarnos qué clase de barco queremos, hacia dónde queremos ir, cómo vamos a llegar. Es tiempo de reflexionar, de hacer una pausa y mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta que no hay salida o todos trabajamos para que el barco avance con buen rumbo o terminaremos hundidos en este desorden que amenaza con dejarnos a la deriva, a merced de los depredadores siempre al acecho.

O podemos hacer como que no pasa nada, tapar el sol con un dedo, hacernos de la vista gorda, hacer como que no pasa nada, que la vida sigue, como cualquier otro día…y esperar a que pase algo, quizá lo peor para que despertemos y digamos “pos claro, tenía que pasar”.

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