No pudo Marcelo resistir la tentación
De los mejores gobernantes que ha tenido el DF, Ebrard fue distinguido (2010) como el mejor alcalde del mundo y tuvo muchos reconocimientos por sus políticas públicas.
Contra lo que aquí se temía, Marcelo Ebrard se dio ayer por aludido en supuestos actos de corrupción en la Línea 12 (hasta hoy meras especulaciones en las que su nombre no figura).
Peor: “invitó” (retó, pues) al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, a sostener un absurdo “diálogo público”, politizando el asunto que, como se afirmó en este espacio, es antes que nada técnico-jurídico.
Afamado también por su honradez, se puso el saco equivocado al afirmar que hay “ya una imputación indirecta de corrupción”.
Y lo político, en todo caso, ha sido el señalamiento (por cierto, no demostrado) de que las fallas de la 12 son consecuencia de su empeño por inaugurarla contrarreloj, pero, aun si tuvo explicable prisa, no habría cometido alguna falta o delito.
De los mejores gobernantes que ha tenido el DF, Ebrard fue distinguido (2010) como el mejor alcalde del mundo y tuvo muchos reconocimientos por sus políticas públicas.
Antes que calentarse, debió guardar sabio silencio en tanto no se agote y conozca la lista de los probables responsables.
La regó.