No quiere
Somos muchas las personas que deseamos elevar el nivel cultural de nuestra ciudad y de nuestro Estado...
Somos muchas las personas que deseamos elevar el nivel cultural de nuestra ciudad y de nuestro Estado, otras que lo piden a gritos, otras que sólo se quejan de que no hay nada y las que se creen que están en todos lados incluyendo a las que lo impiden.
Cada vez que escucho la frase “la directora no quiere”, me dan ganas de ir por la directora y decirles tres frescas, pero el protocolo que debe llevar un director de orquesta es opuesto a lo que creo que debe ser.
Me pregunto ¿quién es la directora o el director de la escuela que no quiere que sus alumnos asistan a un concierto didáctico con la Orquesta de Cámara de Quintana Roo?
En 21 años en estos lares he visto y escuchado de todo, pero siempre se queja la gente de que no hay cultura, y cuando la tienen a la mano y de calidad no van, dicen que no se enteran o no les dan oportunidad de apreciar esto que sin duda es único.
En un concierto didáctico la orquesta se integra por 18 elementos de los 42 que la conforman, y seguimos más o menos este guión con una duración de entre 45 y 50 minutos. Inicia la afinación de la orquesta, para luego dejar al director que aparezca en escena e inicie el concierto con una obertura corta de no más de 2 o 3 minutos.
La segunda interpretación es una pieza tranquila y suave que se ve interrumpida por una persona que llega tarde al concierto y aquí enseñamos un protocolo muy interesante a seguir.
A continuación se presentan los músicos de la agrupación y se escucha instrumento por instrumento, para que el sonido y su apariencia sean conocidos por todos los presentes.
Se explica de manera práctica las funciones del director, permitiendo pasar a dirigir a algunos asistentes y, en resumen, tenemos una enseñanza muy enriquecedora, lúdica, didáctica y muy necesaria en estos días donde el arte debería tener un lugar preponderante en nuestra sociedad.
La remuneración que tiene este concierto no hace ricos a los músicos, ni pobres a los asistentes; se los puedo jurar.
El hombre a quien no conmueve el acorde de los sonidos armoniosos de la música, es capaz de toda clase de traiciones, estratagemas y depravaciones. William Shakespeare.
Hasta la próxima semana.