Ya pensaba yo que era demasiado bello para ser verdad. La realidad de la burocracia mexicana siempre se impone. 

Desde hace algunos años, si los que salimos a carretera regularmente comprábamos nuestra calcomanía IAVE, todo nos era más sencillo. No era necesario cargar efectivo, en la mayoría de los casos uno no hacía colas en días de mucho tráfico y, de ser necesario, hasta se podía facturar y tener control sobre gastos.

Las empresas se beneficiaban, todos estábamos más o menos tranquilos. Mejor aún: cuando se crearon las vías de cuota en la ciudad, la misma calcomanía servía para andar en ellas. ¡Caramba! ¡Bien!

Pues no. Nuevo gobierno, nuevo secretario de Comunicaciones y nuevo director de Caminos y Puentes Federales. 

Como el señor Benito Neme, el de Capufe, no tenía nada qué hacer, se le ocurrió cambiar lo de la IAVE. Sí, que sean otros, pensó. Hizo una licitación y, pues sí, ganaron otros. 

Todo esto, sin embargo, parecía demasiado sencillo. ¿Qué tal si a la nueva calcomanía le llamamos con el mismo nombre (sugirió un alguien en alguna junta)? Sí, claro, así sí se confunde el usuario. 

Que la IAVE ahora se llame IAVE, ordenó el señor Neme.  

Y debe haber sido el asesor de Comunicación Social el que dijo: Oiga, Don Neme, ¿y si además avisamos del cambio solo unos días antes? Buena idea, respondió el abogado. ¿Y si solo hay calcomanías IAVE (nueva) en pocos lugares? ¿Qué tal en módulos en las carreteras para que se estacione la gente y se haga mucho tráfico? Excelente, dijo Don Benito. 

Así es como Capufe avisó hace unos días que todos aquellos que hasta ayer usaban IAVE ahora tendrán que usar IAVE o no podrán pasar por los carriles de IAVE. 

Lector, esto es todo cierto. 

Por diversos asuntos anduve en varias carreteras el viernes pasado y ayer. En las casetas ni un aviso, módulos cerrados. Los operadores no saben cómo ni cuándo. 

Dicen en Capufe que ya pronto, al ratito, los que tenemos IAVE ya podremos pasar por las casetas de IAVE, por las que a partir de hoy ya no podremos pasar, porque tenemos de la otra IAVE. ¿Cuándo? No se sabe cuándo exactamente. 

¿Oiga, don Benito —sugirió un asesor— y si nos esperamos a que todas las IAVE pasen por nuestra IAVE? ¿Si lo exigimos así en la licitación? Como crees, respondió el funcionario. Eso se lo pondría muy sencillo a nuestros usuarios y luego ve tú a saber qué más pedirán.