Noche no tan blanca

Nadie puede negar el resultado de sumar esfuerzos con la iniciativa privada, la sociedad civil y los colectivos artísticos...

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El sábado 21 se realizó la 6a edición de la Noche Blanca: 63,300 personas, en 188 espectáculos donde participaron 602 artistas en 72 sedes, 27 galerías, 13 restaurantes y 11 museos. Nadie puede negar el resultado de sumar esfuerzos con la iniciativa privada, la sociedad civil y los colectivos artísticos, lo cual es loable. Sin embargo, nunca falta el negrito en el arroz, ya que en aras de una visión de la cultura como espectáculo masivo, se descuidan otras manifestaciones que, si bien no atraen multitudes, son de vital importancia para la conformación identitaria y su proyección,  pues no todo el consumo cultural incide únicamente en los intereses numéricos de la Comuna.

Me refiero a la literatura, una vez más ninguneada dentro del plan de trabajo de la Dirección de Cultura encabezada por el Dr. Irving Berlín Villafaña, lo cual se hizo evidente en la deslucida ceremonia del Premio Internacional de Poesía Mérida 2014, cuyos resultados se dieron a conocer en enero y debían premiarse en mayo del año pasado, siendo hasta un año después cuando ocurrió, en el Olimpo, ante el alcalde y el regidor de cultura, presentes en un evento sin realce, diluido en una sobreoferta de actividades sólo apta para ubicuos, contrario a lo que se podría pensar de una presea que se presume internacional y que al final acaba siendo provinciana, con todo y horrores ortográficos en la postal que enviaron a los medios.

Imagínese las cejas enarcadas, los rostros adustos y la sorpresa de los enguayaberados habituales cuando  escucharon las contundentes palabras del ganador, Mario Alberto Carrillo Ramírez-Valenzuela: “Estos poemas están dedicados a sus habitantes, sus muertos y sus fantasmas. ‘Sin poesía no hay ciudad’, dice el poeta regiomontano Armando Alanís Pulido […] Recuperar la ciudad del veneno de los partidos políticos y los panfletos de gobierno, recuperarla de la publicidad, salvarla de este gigantesco centro comercial en que han convertido a Mérida la ambición e ignorancia de políticos empresarios y neohacendados, quienes se están repartiendo el estado […] Si Veracruz ha sido tomado por el narcoestado, esta ciudad está tomada por una oligarquía que, si bien no cuenta con ejército de sicarios, sí cuenta con una policía propia. Por eso, estos poemas, que hablan de una ciudad en estado de sitio, también hablan de Mérida”.

Según el escritor, el pago y la publicación no se efectuaron en tiempo y forma, lo cual no es de sorprender, ya que tampoco la totalidad de los autores galardonados del Fondo de Ediciones y Coediciones Literarias 2014 ha recibido sus libros. Sin importar los motivos, los 3 millones invertidos en la Noche Blanca envían un mensaje claro: no hay compromiso ni formalidad que valga cuando se trata del relumbrón político que la literatura no puede ni debe dar.

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