¡Nos vemos en 2015!

Con las distintas aprobaciones resueltas, la consulta tendría lugar en la próxima elección federal, el 5 de julio de 2015.

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El PRD no se enconchó en el confortable y estéril todo o nada en la reforma energética. Por el contrario, aprovechó la circunstancia para presionar y destrabar la Ley de Consulta Popular. Se aprobó ayer en la Cámara de Diputados con 336 votos a favor. Ganaron con sus votos y los del PRI.

¿Qué significa esto? Que si el PRD documenta que los ciudadanos quieren una consulta sobre la reforma energética, podrá echar a andar el procedimiento. Necesita (según la última lista nominal del padrón electoral) algo así como un millón 640 mil firmas para respaldar el aviso de intención a la Cámara de Diputados.

La Cámara revisaría el tema y la pregunta sugerida y, en su caso, la turnaría a la Suprema Corte de Justicia para que la validara. Con las distintas aprobaciones resueltas, la consulta tendría lugar en la próxima elección federal, el 5 de julio de 2015.

Al menos 40 por ciento de quienes votaran ese día tendrían que hacerlo también en la boleta de la consulta. Si se toman como referencia los números de la elección federal de 2009, que tuvo una participación de 45 por ciento, estaríamos hablando de unos 15 millones de votos.

Si 50.1 por ciento de esos electores (unos 7.5 millones) votaran por echar atrás la reforma energética, la reforma sería letra muerta. De ese tamaño. “Ya nada impedirá ahora la consulta”, me dijo ayer, exultante, el presidente del PRD, Jesús Zambrano. “Porque estamos discutiendo una reforma constitucional”.

—¿Cuál sería la pregunta, Jesús?

—¿Está usted de acuerdo o en contra de que Pemex y la CFE se abran a la inversión privada?

Necesitarían unos 7.5 millones de “en contra”.

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