Nuestra Mérida metropolitana

Es urgente tener una gestión integral que evite la proliferación de nuevos asentamientos en espacios cada vez más alejados, desconectados y con déficit en sus servicios

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La evaluación del desarrollo de las ciudades, especialmente aquellas alojadas, como Mérida, en espacios conurbados, con el propósito de impulsar cambios que incrementen su calidad y competitividad, incluye recomendaciones y propuestas en todos los temas del desarrollo urbano y la vivienda, de las cuales las principales se pueden resumir en lo siguiente:

Instrumentar integralmente las políticas de planeación y gestión del territorio a nivel metropolitano, desde el ordenamiento de su ocupación, hasta la programación de las inversiones necesarias en infraestructura y la operación de los servicios públicos, como el agua potable, el transporte público, el manejo integral de los residuos sólidos, etc.; para lo cual es fundamental crear organismos intermunicipales, que deben tener una verdadera autonomía de gestión y atribuciones suficientes para tomar decisiones con criterios técnicos más que políticos; un presupuesto propio y transparente, y una normativa clara de autonomía presupuestal y de la calidad en los servicios que deben ofrecerse.

Incentivar la coordinación entre los municipios conurbados, aumentando los recursos disponibles en los fondos metropolitanos y priorizando el financiamiento de los proyectos acordados con recursos federales, acompañándolos de asesorías en la validación de los proyectos que se propongan, con el acuerdo de al menos el 75% de los municipios de una zona urbana intermunicipal.

Complementariamente desarrollar, entre todos los municipios conurbados, una estrategia de crecimiento urbano compacto, que busque desarrollar y recuperar sus zonas interiores, debiendo contar con una normativa que defina claramente los instrumentos y procedimientos que permitan aumentar las densidades habitacionales, impulsando, en función de su viabilidad, de acuerdo con la infraestructura urbana, la construcción vertical, procurando revertir las tendencias de abandono de viviendas, al mejorar las condiciones de equipamiento, infraestructura y espacios públicos.

En el caso de Mérida y su zona metropolitana, es urgente tener una gestión integral que evite la proliferación de nuevos asentamientos en espacios cada vez más alejados, desconectados y con déficit en sus servicios. ¿Estaremos a tiempo?

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