Nuestra 'Simunación' y el Día sin Auto
En la ciudad en la que vivo ese día también se cierran algunas calles a la circulación en el centro.
Vivo en una ciudad donde los funcionarios públicos se suben al Metro una vez al año para ver cómo la pasan sus ciudadanos los otros 364 días.
Vivo en una ciudad en la que esos mismos funcionarios fomentan el uso del transporte público mediante la indiscriminada utilización de camionetotas de ocho cilindros, de preferencia blindadas, para que pesen y gasten más gasolina, en grupos de dos, tres y hasta cuatro, para cargar asistentes y guardaespaldas. Eso es lo que usan 364 días.
Durante el Día sin Auto, por cierto, los reporteros de la fuente descubren las rutas de bici, Metro y Metrobús que utilizarán los funcionarios que entonces pasean rodeados de cámaras a las que sonríen amables demostrando que sí, ese día, no andan en auto.
En la ciudad en la que vivo ese día también se cierran algunas calles a la circulación en el centro. Es curioso: la selección de las calles a cerrar tiene que ver con que no se complique demasiado la circulación de los muchos coches que sí circulan en ese día por el centro.
Nuestra Simunación
Sería de risa si no es que roza el agravio. Los funcionarios en el vagón de Metro, rodeado de personas que todos los días tardan dos horas para llegar a su chamba y padecen a los vagoneros (que hoy no están), las fallas (que hoy no existen), las tardanzas (hoy todos son puntuales) los cafres (hoy todos manejan bien) y que saben que ese señor que está ahí, solo está ahí para tomarse una foto… Me parece un milagro que la cosa no se ponga fea.
Medellín y Bogotá, dos ciudades que hace no mucho eran un desastre y han progresado enormidades hacen algo serio, de verdad, pues. Ambas tienen su Día sin Auto. De verdad. Salvo puntuales excepciones obvias ningún vehículo automotor de uso particular puede circular en todo el día en toda la ciudad.
Eso sí sirve de algo.
¿Por qué?
Si eso se hiciera en la ciudad en la que vivo, forzaría a que los ciudadanos, los que vivimos en el auto, utilicemos el transporte público de la ciudad. Un micro, el Metro, un Metrobús en hora pico.
Y nos daríamos cuenta de que está sucio, peligroso, desordenado, mal conectado, apretujado, demorado… y muchos otros “ados”.
Y entonces los ciudadanos con más recursos y más influencia exigirían y pedirían que, por fin, alguien se haga cargo del transporte público de la ciudad. Y se volvería un tema electoral… Y en fin.
No es casualidad que vivamos en una Simunación.
Twitter: @puigcarlos