Después del paréntesis  que nos impusieron las fiestas decembrinas y el naciente 2013, retorno al espacio que gentilmente me ofrece Milenio Novedades para estar con ustedes amables lectores, en busca de caminos, nuevas sendas para transitar por el espeso bosque de los Derechos Humanos.

Es una tradición que al inicio de un nuevo ciclo de 365 días, renovemos nuestras veredas cotidianas, en la búsqueda de la felicidad, que a fin de cuentas es lo que más nos interesa como seres humanos.
Los caminos para dar cima a esa búsqueda, son muy complejos, tanto como hombres y mujeres puedan existir en nuestro maltratado planeta.

Pero para poder transitar un camino, hemos de saber hacia dónde nos dirigimos, hasta dónde queremos llegar. Por eso es importante que primero definamos lo que es la felicidad y llamamos en nuestro auxilio a la Real Academia de la Lengua Española, cuyo diccionario nos define a la felicidad: (Del lat. felicĭtas, -ātis).

1. f. Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien.
2. f. Satisfacción, gusto, contento. Las felicidades del mundo
3. f. Suerte feliz. Viajar con felicidad.

Es en la primera acepción en la que filósofos, bardos y gente como nosotros, simples mortales, no alcanzamos a definir qué tipo de bien es el que deseamos alcanzar en nuestro tránsito por la vida.

¿Qué es un bien? Definamos de nuevo, y de las numerosas definiciones que la RAE le da a esta palabra hemos de contentarnos con las siguientes: bien: (Del lat. bene, bien).

1. m. Aquello que en sí mismo tiene el complemento de la perfección en su propio género, o lo que es objeto de la voluntad, la cual ni se mueve ni puede moverse sino por el bien, sea verdadero o aprehendido falsamente como tal.
2. m. Utilidad, beneficio. El bien de la patria
3. m. Patrimonio, hacienda, caudal. U. m. en pl.
4. m. Fil. En la teoría de los valores, la realidad que posee un valor positivo y por ello es estimable.
5. m. ant. Caudal o hacienda.
6. m. pl. Der. Cosas materiales o inmateriales en cuanto objetos de derecho.

De tal forma que nuestra felicidad podría ser la obtención de valores como bienes inmateriales o materiales, o ambos, lo que algunos considerarían como el estado perfecto de la felicidad, pero…
No es mi intención hacer un estudio de lo que es la felicidad, puesto que desde tiempos inmemoriales la humanidad va en busca de ella, e incluso en la actualidad ramas de la ciencia se dedican al estudio, búsqueda y medios para llegar a ese estado perfecto en el ser humano, que lo hace reír y sentirse positivo.

Ya desde la antigüedad estudiosos del comportamiento humano le han dedicado sus propias apreciaciones y no nos alcanzaría el espacio sólo para nombrar a quienes le han dedicado su tiempo y análisis al tema.

De todos ellos, en mi modesta manera de pensar creo que Aristótoles da en el clavo cuando indica que todos estamos de acuerdo en ir en busca de la felicidad, pero el problema inicia cuando elegimos el camino para llegar a ella, lo que origina las discrepancias entre los humanos.

No desmayemos en el camino, sigamos en busca de ese estado que nos hace sentir plenos, satisfechos, pero sin discrepancias, y si usted así lo quiere, como propósito de año nuevo, pero con el sincero deseo de que al iniciarse el próximo ciclo de 365 días, 2014, tengamos el convencimiento de que encontramos esa felicidad en el respeto, la tolerancia hacia el derecho de los demás que no es ni más ni menos que el goce de nuestras propias prerrogativas como seres humanos.

Encontremos pues nuestro propio derrotero, con metas anuales si así lo deseamos, o en el hoy que mañana será nuestro pasado, en el que pusimos nuestro granito de arena para lograr día a día ser felices en el presente y hacer felices a quienes amamos…