Jorge Luis Preciado comentó que su visita y la de otros 15 senadores a Madrid “ha sido corta, pero productiva…”.

Bien a bien, el coordinador de la bancada panista ignoraba cuántos de sus equivalentes de las distintas fracciones disfrutaron La Experiencia de la Libertad: Homenaje a Octavio Paz, para lo que se despacharon con boletos de avión, hospedaje y 32 mil pesos de viáticos por cabeza.

“En mi caso, es la primera vez que salgo del país, y conocer España ha sido una experiencia interesante…”, dijo Preciado.

Snif, snif, snif.

¿Cuántos entre los repentinos pacistas de verdad sabrán a lo que fueron?

A la muerte de Gabriel García Márquez, un diputado no supo leer la palabra Aracataca; otro aludió a La hojaresca en vez de La hojarasca y otra, la pobre, se acababa de enterar “curiosamente, con los compañeros de Yucatán”, de que “hay un lugar llamado Chicxulub, donde pegó un meteorito y se extinguieron los dinosaurios. Estas son fuentes científicas…”.

¿Sabrán los senadores viajantes que el Nobel que ganó el homenajeado no fue, precisamente, el de la Paz?