Odio sistemático

Iniciaré este trabajo refiriéndome a las definiciones que de odio y sistemático da la Real Academia Española...

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Para entrar en materia y como parte de la tradición, iniciaré este trabajo refiriéndome a las definiciones que de odio y sistemático da la  Real Academia Española. 

Odio.- Del latín odium. Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea.
Sistemático.- Del latín tardío systematicus, y éste del griego συστηματικός systematikós, que sigue o se ajusta a un sistema.

Reglas.- Nuestras convicciones individuales nos llevaron en algún momento de nuestra evolución natural y social a tomar la decisión de una convivencia grupal; esa determinación nos obligó a autoimponernos reglas; según, con la finalidad de lograr el bien común.

Convivencia.- Pero a raíz de ese acuerdo surgió otra necesidad: ¿a quién se le daría esa autoridad? Es así como surge una forma de convivencia social regulada, que nos ha permitido a lo largo de nuestra historia convivir con nuestros defectos y virtudes.

Diferencias y coincidencias.- Pero en ese desarrollo histórico nos hemos encontrado con muchos acuerdos y desacuerdos, mismos que lograron en su momento enfrentarnos y reconciliarnos.

Dignidad.- Los desencuentros que más nos han influido son aquellos que afectan o afectaron a la dignidad humana; hablo de todos aquellos seres humanos que de alguna forma fueron sometidos y dañados por su origen étnico o nacional, por su género, edad, discapacidad, condición social, de salud, religiosa, de opinión, preferencia sexual, estado civil o cualquier otra.

Aldea global.- Pero hoy, con la vigencia y posible larga permanencia de la aldea global, ya no de un país, una nación o un estado, nuestras diferencias se están engrandeciendo, nuestra división se está incrementando y, si faltaba algo, nuestro odio está floreciendo.

Rechazo.- En los últimos años los resultados que se han obtenido en las distintas formas de Estado o de gobierno, en opinión de la sociedad, han sido poco satisfactorios, lo cual está provocando un rechazo social contra las instituciones y quienes se encuentran al mando de las mismas; esto que en apariencia no se dice ni se ve provoca que nuestras decisiones o la tendencia de las mismas se oculte o se demuestre de muy extrañas formas.

Realidad.- En resumen, podemos decir entonces que el “odio sistemático” es ya una realidad, por lo que deberá convertirse en prioridad que la misma sociedad tome cartas en el asunto, defina el momento en que “el bien común” quedó rezagado, y a partir de cuándo dejamos de tener voluntad para resolver nuestros desencuentros o diferencias para poder vivir en paz.

Reflexión.- ¿Acaso la situación que estamos viviendo no convierte en prioridad la solución de nuestros problemas? Si no es así, sigamos viviendo nuestra individualidad en un mundo global.

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