¡Oh maravilloso Melito!

Sócrates fue un pionero de la tolerancia, su propia apología así lo demuestra. La sociedad contemporánea necesita de esa tolerancia para incluir a todos más allá de sus ideas o posturas de cualquier índole.

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Es peor cometer una injusticia que sufrirla.- Sócrates

Me he cuestionado si tiene alguna importancia recordar a autores relacionados con la filosofía, sobre todo en este mundo tan hedonista, utilitarista y con diversos y variados placeres mundanos. Pareciera un ejercicio estéril y hasta ocioso. Sin embargo, sostengo que esto no es así. Asumo el riesgo, desde luego, de que mis amables lectores ya no me sigan por acartonado y aburrido en este ejercicio. Confío en que, por el contrario, despertaré en muchos de ellos esa pasión que me ha llevado al estudio de la filosofía.

En la historia de la filosofía griega la figura de Sócrates destaca no obstante haber carecido de obra escrita. Todo lo que conocemos de este autor está sostenido en Los Diálogos de Platón, su alumno y discípulo. Los más aventurados y descabellados han sostenido que Sócrates es una obra literaria de Platón.

Siempre que escucho a alguna persona hablar de Sócrates, lo primero que me viene a la mente es la palabra ironía. Sócrates fue un gran irónico contra sus enemigos sofistas, quienes argumentaban saber todo y poder persuadir al interlocutor a base de retórica y buen discurso. De ahí su famosa frase: “Yo sólo sé que no sé nada”. Evidentemente que Sócrates sabía, y sabía mucho, pero lo dijo para minimizar la postura de los sofista. Llama poderosamente la atención su batalla contra Gorgias y Callicles.  La propia brillantez del gran Platón no hubiese sido posible sin la influencia que ejerció su maestro. Durante muchos de sus diálogos, cuando se refiere al interlocutor, observamos que utiliza las palabras “querido amigo”, posiblemente era parte de la forma de su mayéutica para lograr la empatía necesaria con quien dialogaba.

Así como su madre ayudaba a las mujeres a dar a luz, fue partera, Sócrates sostenía que el filósofo debe ayudar a sus alumnos a partear sus ideas. La sabiduría está en nosotros mismos y sólo lo vamos a descubrir con un ejercicio mayéutico que consiste en ir llevando al interlocutor a descubrir esa verdad.

Me atrevería a decir que Sócrates fue un pionero de la tolerancia, su propia apología así lo demuestra. La sociedad contemporánea necesita de esa tolerancia para incluir a todos más allá de sus ideas o posturas de cualquier índole. A Melito, que fue uno de sus acusadores, que finalmente lo lleva a la condena de beber el veneno o cicuta, no lo bajaba de ¡Oh maravilloso Melito!

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