Oposición en agonía

En todos los frentes la oposición panista y perredista ha sido la gran ausente, de cara a las próximas contiendas a nivel federal y estatal...

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En todos los frentes la oposición panista y perredista ha sido la gran ausente, de cara a las próximas contiendas a nivel federal y estatal. Contemplamos una ausencia total sin que a estas aturas manden señales de mejoría, dejando así todo el campo libre al PRI.

En todas las elecciones intermedias el PRI ha sacado la mejor tajada, y en esta ocasión –rumbo al proceso federal de 2015– el Tricolor parte como amplio favorito en dos de los tres distritos electorales, con cabecera en Chetumal y Playa del Carmen.

La opción partidista debe ir acompañada por candidaturas competitivas que no vemos por ningún lado, en el caso de la oposición. Tal combinación es vital para competirle formalmente al PRI, sin jugar el triste papel de candidatos testimoniales que están al tanto de que sus posibilidades de triunfo son nulas, y que la única opción la tienen en la diputación plurinominal.

El PRD se ha especializado a partir de 1999 en el envío de candidatos establecidos en Cancún, como Gastón Alegre López, quien fue un adversario de peligro para Joaquín Hendricks Díaz, estando en juego la gubernatura.

En 2000 fue Juan Ignacio García Zalvidea quien obtuvo el triunfo como candidato del PAN a la diputación federal con cabecera en Cancún, aprovechando el impacto de la candidatura presidencial de Vicente Fox, quien también triunfó en Quintana Roo.

La figura de Juan Ignacio creció a tal extremo que desertó del PAN por cerrarle las puertas para ser candidato a la presidencia municipal de Benito Juárez, siendo exitoso candidato del Partido Verde Ecologista y vencedor del priista Víctor Viveros Salazar.

Y en 2006 surgió Gregorio Sánchez Martínez como segundo en la fórmula al Senado lanzada por el PRD y sus aliados. El número uno fue un perfecto desconocido en política: José Luis Máximo García Zalvidea, impuesto por su hermano Juan Ignacio desde la cárcel municipal de Cancún.

Ahora la oposición disfruta su letargo de años, conmocionada por la paliza que le propinó el PRI en los comicios de julio de 2013, cuando arrasó en todos los municipios y se dio el lujo de perder en el distrito con cabecera en Cozumel, teniendo acceso al reparto de plurinominales.

Rumbo a los comicios de 2016, cuando esté en juego también la gubernatura, el Tricolor contempla un cielo despejado y tan sólo tendrá que preservar la unidad para lograr su objetivo sin dificultades.

La oposición se encuentra como en 1999: fuera de Ayuntamientos, y en particular del poderoso Benito Juárez. Y lo peor para su causa es que carecen de plan de campaña, a menos que de nuevo apuesten por la deserción de un priista.

Y la contienda federal está muy cercana y difícilmente cambiarán abruptamente los escenarios.

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