Otras caras al poder

Cuando se acerca un fin de sexenio algunos servidores públicos consolidan sus carreras y otros se van sin pena ni gloria.

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Cuando se acerca un fin de sexenio algunos servidores públicos consolidan sus carreras y otros se van sin pena ni gloria. Pero también aparecen caras nuevas en la mayoría de los partidos, sobre todo en aquellos que presumen una cantera numerosa. 
Por estas fechas, no son pocos esos talentosos quintanarroenses –jóvenes, en su mayoría– que apuntalan sus carreras con nuevas encomiendas hacia los comicios del primer domingo de julio, cuando en Quintana Roo se elegirá gobernador, presidentes municipales y diputados locales. 

El gobernador priista Roberto Borge Angulo encarna esa figura: en 2010 ganó con 52.4% de los votos y desde entonces fue promoviendo un relevo generacional que le permitió pulverizar a una oposición todavía en penumbras. La prueba está en que 2013 su partido se llevó casi “carro completo”, y en junio pasado, en alianza con el PVEM, obtuvieron el porcentaje más alto.

A mediados del año pasado, los priistas José Luis Toledo Medina y Arlet Mólgora Glover, así como el verde ecologista, Remberto Estrada Barba, ganaron las diputaciones federales. Son ellos los que representan precisamente las caras más visibles de la sucesión: “Chanito” Toledo busca la gubernatura, Remberto quiere Cancún y a Arlet se le menciona para Othón P. Blanco.

En Solidaridad se escuchan los nombres de Juan Pablo Guillermo y Juan Carlos Pereyra en busca de la presidencia, aupados, o en competencia, con otros jóvenes. La regidora priista Graciela Falcón; su colega perredista, Laura Beristain; la correligionaria de esta última, Alejandra Cárdenas, así como ciertos miembros del gabinete, por ejemplo, Carlos Toledo (hermano de “Chanito”), Harvin Contreras y Ángel Brito, podrían ocupar cargos en las siguientes administraciones.

En Benito Juárez suenan en busca de curul los priistas Patricio de la Peña, Alberto Vado, Sandy Montemayor y Candy Ayuso, aunque despuntan otros con personalidad, como Frank López en Cancún; en tanto que Luis Alamilla, Mariano Angulo, Jorge Aguilar Cheluja e Irazú Sarabia levantan la mano en el sur. En el PAN están Jessica Chávez y Julián Aguilar, mientras que Morena, dicen, trae un equipo fresco. 

En Cozumel la competencia se prevé entre el actual secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, Mauricio Rodríguez, y la legisladora panista, Perla Tun. En Lázaro Cárdenas hablan todos de Ysmael Moguel, lo mismo que de Óscar Conde en Tulum, de Alejandro Flota en José María Morelos y de Juan Carrillo en Isla Mujeres.

Estos, no obstante, han requerido en todo momento de la experiencia, la cual solo pueden otorgársela aquellos que llevan años desempeñándose. Sabemos que los “dinosaurios” portan camisas de todos los colores, aunque en ese ámbito el PRI es amo y señor. 

Tanto los gobernadores del tricolor como los líderes del CEN gozan del control sobre recursos políticos con fuerte impacto en las carreras de los profesionales. Estos recursos incluyen el control sobre la selección de candidatos, dinero y otros bienes para las campañas, por lo que, si quieren tener carreras exitosas, saben que deberán lidiar con esta faceta de la burocracia convertida en botín.

Es latente el riesgo de que los nuevos hereden mañas, vicios e intereses de la anterior generación debido al compadrazgo o al inevitable pago de favores; sin embargo, notamos que los de ahora dan la cara, gracias al mayor acceso a la información pública y al uso permanente de redes sociales, donde se les encuentra al instante. 

Aunado a lo anterior, hay que decirlo, en la mayoría de los casos su rendimiento ha sido mejor, por lo que han perdido el miedo al escarnio y a la desacreditación. Ya teniéndolos de frente, resta exigirles lo prometido, y esa tarea es exclusiva de los ciudadanos. Si aún queda algo de esperanza en los políticos, ellos la representan. Ojalá no nos defrauden.

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