Otro cese bien ganado
Fausto Alzati ha experimentado ya dos veces la infausta paradoja de ser cesado de manera fulminante.
Fausto Alzati ha experimentado ya dos veces la infausta paradoja de ser cesado de manera fulminante.
Su primera caída fue al arrancar el gobierno de Ernesto Zedillo: lo nombró secretario de Educación en diciembre de 1994 y lo corrió a principios de 1995 porque se descubrió que el “doctorado” de Harvard que ostentaba no solo era mentira, sino que ni siquiera había concluido la licenciatura.
Ayer fue cesado por la Secretaría de Educación de la Dirección General de Televisión Educativa porque Alzati elaboró una descocada interpretación.
El viernes, durante la inauguración de una exposición pictórica y sin respeto al derecho a la libre expresión, consideró que un poema de la muralista Aurora Reyes era “ofensivo” para Enrique Peña Nieto y se disparó dos tuits a la cabeza:
“No me prestaré a críticas a mi Presidente EPN. Dices que lo defiendo ebrio. Imagínate sobrio”.
Y: “Poema malicioso y perverso que expresa un torpe cuestionamiento a la autoridad vigente...”.
Lo más bochornoso es que Peña no figura en los versos de la indignación...