“Pac-chén, poblado de sueños”

Cuando estás en contacto con las comunidades mayas, ya sea al norte o al sur del Estado de Quintana Roo, pareciera que se detiene el tiempo...

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Cuando estás en contacto con las comunidades mayas, ya sea al norte o al sur del Estado de Quintana Roo, pareciera que se detiene el tiempo; sus pequeñas casas hechas de palma, la crianza de sus animales y el cuidado de su siembra, así se va cada segundo como en un reloj de arena y escenas de una película que retrata la riqueza de la zona. En Pac-chén, a casi dos horas de Cancún, habitan niños que siguen en la búsqueda de sus sueños y luchan todos los días por tener acceso a una formación académica. 

Precisamente en materia de educación tuve la oportunidad de platicar con la presidenta de la asociación “Centinelas del Agua A.C.”, Ana Lilia Córdova, quien actualmente y con un grupo de personas trabajan con los niños de esa comunidad para llevar actividades culturales y recreativas que sirven en la formación de lo que serán sus bases para una carrera profesional, pero para el organismo es un reto que los pequeños no dejen de hablar maya y aprendan otros idiomas.

Sin embargo, si analizamos el modelo educativo que actualmente se implementa en nuestro país, encuentro ejes que deberían reforzarse. Visto desde mis ojos y expresado por quienes están cerca de los niños, identificamos diversos factores que tienen que modificarse. 

Por un lado, la falta de una buena alimentación merma el aprendizaje, la mayoría de los pequeños en estas comunidades no desayuna adecuadamente, por lo que no pueden desarrollarse a la hora de recibir una clase y mucho menos concentrarse por tener hambre. Una buena alimentación contribuye a que los niños se sientan mejor y pongan la debida atención en la enseñanza. También hay una deficiencia palpable en los instrumentos de trabajo que se les asignan a las comunidades, por ejemplo, una telesecundaria en un sitio donde no hay acceso a internet; esto es sin duda una de las cosas más contradictorias del sistema educativo y que no es posible que no se haya resuelto del todo. ¿Para qué entonces se llevan elementos a sitios donde no funcionarán? Sin duda, hay que plantearse un nuevo censo y adecuar las zonas por las necesidades académicas. 

Los docentes también requieren de una capacitación constante. Al platicar con uno de ellos en este sitio, me di cuenta que les hace falta motivación, herramientas, cursos o talleres que les permitan tener un dominio progresivo de sus enseñanzas, ya que muchas veces los alumnos tienen  inquietudes que por falta de preparación o conocimiento no pueden mostrarles. 

Hay muchas cosas por hacer, pero lo más importante es sumarnos como ciudadanos en las brigadas educativas, en las que podamos aportar un granito de arena a pequeños en comunidades que bien necesitan un empujón para salir adelante. 

A los sueños de los niños de las zonas indígenas de Quintana Roo podemos darles oportunidad de que florezcan. 

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