Padres 'alcahuetes' y escuelas militarizadas

Desde hace una década llegaron al Sureste, primero en Yucatán y luego en Quintana Roo. Pero aún quedan resabios de ese estigma de considerar a las escuelas militarizadas como correccionales.

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Los veía con sus uniformes kaki, insignias, botas y cuarteleras guinda. Bien portados, atraían miradas de transeúntes y pasajeros en el Metro, por ahí por el rumbo de Tacubaya, en la Ciudad de México. Parecían alumnos del H. Colegio Militar, solo que aquellos niños portaban en sus mochilas útiles escolares: eran cadetes de la Academia Militarizada México.

Fundada en 1941, fue la primera escuela militarizada del país. Ofrecía servicio de internado y sus egresados tenían pase directo a la UNAM. Su disciplina e instrucción militar coadyuvó a formar un carácter fuerte en los niños y jóvenes, a quienes inculcaba un gran respeto hacia sus semejantes, amor a la Patria y a todos los valores que la representan. Esta institución fue la primera y última escuela militarizada privada, que contó con armamento. Estaba adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional y regida por un reglamento militar.

Hasta su cierre en 2006, la Academia Militarizada México fue Alma Mater de prestigiados profesionistas y gente valiosa que contribuyó al desarrollo y bienestar de la sociedad mexicana. Su bien ganado prestigio motivó que fueran replicadas instituciones de este tipo en varios estados, principalmente del norte y centro de la República, y desde hace una década llegaron al Sureste, primero en Yucatán (El Instituto Militarizado del Sureste)  y luego en Quintana Roo. Pero aún quedan resabios de ese estigma de considerar a las escuelas militarizadas como "correccionales" para muchachos rebeldes (con TDA, o hiperactivos, como se dice ahora).

Ese concepto es el que llevó al broncogobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, a anunciar la creación de cuatro preparatorias militarizadas y pedir a los padres de familia no ser “alcahuetes” del mal comportamiento de sus hijos. Esto tras el ataque ocurrido en el Colegio Americano del Noreste, por un alumno.

Y esa idea errónea ha llevado a muchos padres a considerar inscribir a sus hijos en escuelas militarizadas, dejándoles la responsabilidad de su educación y formación académica, sin entender lo que se ha reiterado: la escuela la forman autoridades, directivos, maestros, alumnos y padres de familia, sin olvidar que los padres son los primeros maestros de sus hijos.

Poco a poco se ha ido desterrando ese estigma, al grado de que hoy muchos jóvenes solicitan cursar estudios en escuelas militares y navales, que ofrecen becas y la oportunidad de un mejor futuro para ellos y sus familias. Por algo será. 

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