Las palabras que no pesan

Mi trabajo literario y teatral transita recoge las palabras de aquellos que se han quedado sin voz, quizá por la dureza de la muerte, de la vida y el mal-amor.

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Hay palabras que son como lápidas cuando se pronuncian para destruir o desacreditar al otro. Hay palabras que son tan absurdas que desaparecen con el primer jalón del viento, hay palabras de amor que caducan cuando se miran a la distancia, hay palabras que son entregadas a quien las escucha como una llamada de auxilio, como un deseo de sanar una historia o como una manera de recordar a los que ya no están.

Mi trabajo literario y teatral transita ese camino y recoge las palabras de aquellos que se han quedado sin voz, quizá por la dureza de la muerte, de la vida y el mal-amor. Desde mis primeros textos he reunido testimonios que giran alrededor de algún tema. Nadie cerca mío ha quedado exento de mi trabajo, es así que en la mayoría de mis historias he incluido pasajes de la vida de mi madre, mis abuelas, mis hermanas, mis amigos, enemigos y etcéteras. Hace poco me preguntaban si alguna vez me han reclamado las señoras que han compartido sus testimonios. La verdad, no. Creo que no ha pasado porque todo se ha contado desde el lenguaje sublime del teatro, y porque si puedo poner la historia de cualquier persona en el mismo papel que pongo la historia de mi madre, nadie puede sentir que le falto al respeto. 

Ahora tengo testimonios de hombres y mujeres en prisión, historias que esperan su tiempo para ser llevadas a escena. De algo vine dotada al nacer, algo que hace que las personas encuentren en mí un cuenco para depositar sus historias y confiar que harán buen eco en el teatro. Mañana viajo con mi compañía  a Miami, tendremos tres funciones en el XXXI Festival Internacional Hispano de Miami, mi obra “Del manantial del corazón” sale del país por primera vez. Gracias al INBA y al Dramafest podemos volar a un festival internacional y compartir nuestro teatro. Aclaro quién nos compra los boletos porque suelen decir que mi participación en festivales internacionales está patrocinada con presupuestos estatales, me da un enorme gusto decir que no es así, que la mayoría de los festivales internacionales –serios y de prestigio- incluyen en sus presupuestos honorarios y vuelos de los artistas. 

Decía al principio sobre el valor de las palabras, algunas que se han vertido sobre mí y mi trabajo artístico han salido de un imaginario distorsionado, quizá por eso no me detienen. En cambio, las palabras de quienes me han contado su historia, esas palabras llenan de poesía, le han dado alas a mi teatro, por eso las llevo conmigo a otros lugares del mundo, van muy bien en la maleta y no le añaden ningún peso a mi historia, al contrario: le ponen alas.

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