El PAN: voto o 'moche'
Abusados, panistas, les conviene cicatrizar más sus heridas internas (que se hacen externas) que seguir peleando posiciones de ego y poder....
Los panuchos yucatecos (no los ricos antojitos que, por décadas, han degustado millones de personas en el mundo) celebraron ayer domingo la primera de sus tres asambleas que conformarán, finalmente, el llamado Consejo Estatal que consta de 100 elementos, 50 por ciento mujeres y otro tanto de machines.
Independientemente de los resultados para saber qué grupos quedarán mejor posicionados, al menos en la asamblea municipal de Mérida de ayer, donde fueron electos 24 militantes –a 12 por bando de género-, la sombra siempre fue el caos que existe dentro de Acción Nacional por la misma división de bandos y los recientes escándalos calificados ya como los “moches”, que simplemente es la jugosa tajada que recibe el diputado o funcionario de este partido cuando recomienda a determinado constructor con uno o varios alcaldes para concretar obras.
Apenas el viernes, en una segunda aparición pública, el ex gobernador Patricio Patrón Laviada, quien supuestamente está alejado de la política partidista y que, según cuenta él mismo, ya no paga cuotas en Acción Nacional y tampoco está afiliado al organismo de donde surgió para la alcaldía de Mérida en 1995 y a la gubernatura en 2001, amén de diputaciones local, federal y senaduría, volvió a criticar duramente a la dirigencia estatal del blanquiazul que comanda su ex cuñado, ex legislador federal y actual diputado local, Raúl Paz Alonzo, así como a otros “altos” directivos por cuestiones de corrupción y caos dentro del otrora partido opositor.
Otrora porque desde hace dos o tres legislaturas estatales, la fracción de Acción Nacional sólo es comparsa de los gobiernos locales en turno y hasta se añoran los tiempos del verbo encendido de don Benito Rosel Isaac, en aquella Plaza Grande del Centro Histórico de Mérida, cuando llamaba a los esbirros oficiales del PRI “gamberros pronasoleros” (por aquello del Programa Nacional de Solidaridad, aplicado por Carlos Salinas de Gortari). De eso ya no queda nada más que el recuerdo. Al menos, para los periodistas de esos añejos la nota panista era garantía de “carnita pura”.
Pero transcurrieron los años, Vicente Fox llegó al poder en el plano nacional; Patricio lo hizo en Yucatán y las notas interesantes acabaron. Todo era maravilloso y, claro, había que arreglar todo el despapaye de gobiernos priístas, lo cual tampoco se hizo del todo. La verdad era muy difícil acabar con 72 años de gestiones tricolores con sus pocos o muchos aciertos y, al final, con la plena debacle del sistema político llevándose entre las patas, como siempre, a millones de mexicanos desamparados.
Pero todo lo anterior está contextualizado en las elecciones de las tres asambleas que efectuará hasta diciembre para integrar el Consejo Político Estatal con 100 “destacados” miembros de Acción Nacional.
O sea, más que andar votando por fulano, sotano o perengana para consejero, los panuchos tendrían que revisar su pasado inmediato a nivel estatal y, cómo no, en el espectro nacional. De las elecciones en la tercia de asambleas saldrá el posible nombre de dos cargos que interesan sobremanera: alcaldía de Mérida y gubernatura estatal para el 2018 que, cuando alguien se dé cuenta, ya estarán encima los tiempos electorales, de hecho, a mediados del año próximo la caballada, borregada o la raza que esté disponible estará saltando para que los reflectores periodísticos y sociales se fijen en ella.
En otras palabras: el blanquiazul debe someter a sus líderes más cercanos al escrutinio de su militancia. Se habla principalmente de Raúl Paz Alonzo como el ente corruptor de los “moches” pero, hasta el momento, las dizque pruebas presentadas por sus opositores no han sido validadas por la dirigencia nacional que preside el “líder viajero” Ricardo Anaya, quien se la pasa más tiempo en Atlanta, Estados Unidos, con su familia que atendiendo los asuntos partidistas. Al menos, sino resulta electo abanderado presidencial como sus sueños húmedos pretenden vaticinar, tranquilamente puede desempeñarse como promotor de líneas aéreas y viajar en clase VIP muchos años. Los millones de pesos que le dejó de ganancia a su transportador preferido lo ameritan. Ese es el tipo de personas que suele amar el imbécil de Donald Trump: gastadores, radicales y ególatras. La nacionalidad no cuenta.
No perder de vista que los consejeros electos desde ayer, en la asamblea municipal exclusivamente de Mérida, serán la pauta a seguir en las siguientes dos que se efectuarán en municipios rurales y la “gran final” para diciembre en esta ciudad capital.
Abusados, panistas, les conviene cicatrizar más sus heridas internas (que se hacen externas) que seguir peleando posiciones de ego y poder. Para 2018, Acción Nacional se juega su continuidad en Mérida y una posible aspiración el trono mayor. ¿Nombres? Cecilia Patrón Laviada, Mauricio Vila Dosal, Rosa Adriana Díaz Lizama, Daniel Avila Ruiz y más al fondo Renán Barrera Concha y Joaquín “Huacho” Díaz Mena. Sus operadores estarán en el Consejo Político Estatal final. ¿Pleito o unidad? Para ese momento, el PRI ya empezará a sacar sus primeras conclusiones.
Amiguitas y amiguitos, ya saben: sugerencias para que los panistas adopten la frase: “Por cada voto un ‘moche’”, enviarlas a [email protected] y/o [email protected]