Participación de la mujer en la política
Una mujer con participación política, es una mujer que sabe proyectar la vida de su familia y de la sociedad...
Una mujer con participación política, es una mujer que sabe proyectar la vida de su familia y de la sociedad, y también el futuro de su país.
Hablar de la mujer en política implica cuestionarse si la intervención de la mujer en la vida política es producto de una democracia participativa o representativa. No ha sido fácil el camino que han tenido que recorrer las mujeres mexicanas para tener logros políticos, navegando en un mundo donde las oportunidades han venido de menos a más, donde las primeras victorias pírricas del género se convirtieron en conquistas políticas para México. Todo esto es el producto de años de lucha de las aguerridas precursoras que han dedicado sacrificios a la política nacional y universal.
Hablar de la mujer en la política es recordar una historia con tintes de sangre, dolor y guerra, es meterse en la piel de muchas mujeres que arriesgaron su vida y su persona para lograr un sueño del que hoy disfrutamos otras, es recordar a grandes mujeres, como la francesa Olympe de Gouges, quien fue injustamente llevada a la guillotina, por redactar en 1791 “La Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”.
“Hombre, ¿eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta”
Con estas palabras iniciaba ella la declaración, que constituye por sí misma un alegato brillante y radical en favor de las reivindicaciones femeninas y una proclama auténtica de la universalización de los derechos humanos.
Ella pensaba que: La mujer tiene el derecho de subir al cadalso; y debe tener también el de subir a la Tribuna.
Recordemos así mismo, a Elvia Carrillo Puerto, luchadora social de Motul, Yucatán, cuyo activismo le ganó el nombre de Monja Roja del Mayab; fue miembro del Partido Socialista del Sureste y hermana de Felipe Carrillo Puerto, gobernador de Yucatán. Consagró su vida a lograr el sufragio femenino.
Hoy en día Promover la igualdad de sexos y la autonomía de la mujer es el tercer objetivo del Milenio de la ONU.
La mujer mexicana reconoce su responsabilidad de involucrarse en los procesos electorales y ésta es de la mayor importancia para el avance político de México.
Nosotras sabemos que ser herederas de los logros políticos de mujeres es un gran orgullo. Y somos conscientes que la legitimidad debemos ganarla día con día, con nuestras propuestas, con nuestras acciones, con nuestros argumentos.
Por eso al día de hoy la participación en el Congreso de la Unión la cantidad de mujeres es la mayor en la historia: 36.8% (184 de 500) de los legisladores son mujeres y en el Senado, 33% (42 de 128).
“La política con sus mil atracciones de sirena”, como diría Horacio Zúñiga, nos atrae mucho a las mujeres que queremos un México más justo y mejor. Queremos un México unido, queremos un México fuerte, queremos un México soberano. Un México de libertades, un México con paz, porque son amplios los cauces de la democracia y de la justicia”.
Y la participación de la mujer en la política es lo que Hellen Keller decía: La liberación de las cadenas del silencio y el aislamiento.
El camino de la mujer en la vida política de México va de la mano de liderazgos, no de cacicazgos; y como dijo Beatriz Paredes: “No es que sea difícil, nunca es fácil”.
Yo exhorto a todas a usar estas tribunas porque el lenguaje es el instrumento del pensamiento político, que da fuerza a la Titán de gallardía que todas llevan dentro. Las ideas de las mujeres son un Prometeo encadenado en busca de Luz.
Es importante precisar que la mujer actual no busca competir con los hombres en lo político, su visión es mayor, porque es superarse a sí misma, y esto lo logra con dedicación y esfuerzo, y es una lucha que nunca ha sido fácil, pero que le ha enseñado a creer en sí misma y a confiar en sus capacidades.
Como decía Mary Wollstonecraft: “No les deseo que tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas”.