Partidos no

La gente identifica al PAN como de doble moral, incongruente y burgués. El PRD es AMLO, peleoneros, fraude y veletas. El PRI es corrupción, deterioro, decepción e insistente.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

La confianza en los partidos políticos cada vez es más escasa. Así, honestamente, dígame usted ¿confía en ellos? En una investigación que acabamos de hacer, se le preguntó a doscientas personas de Mérida si confiaban en los partidos políticos.

Sólo una dijo que sí. Y tuvimos personas militantes y simpatizantes de algún partido, que de plano nos decían: yo soy priista o panista de toda la vida y mi familia igual, pero todos los partidos son iguales, todos tienen sus negocios. Así de devaluada está la estructura partidista de nuestro país.  

Ahora bien, la percepción individual por partido tampoco crea que mejora la cosa. La gente identifica al PAN como de doble moral, incongruente y burgués. El PRD es AMLO, peleoneros, fraude y veletas. El PRI es corrupción, deterioro, decepción e insistente.

Son definiciones que no asombran pero sí preocupan. O deberían preocuparles a nuestros candidatos que ahorita están en un silencio que espero sinceramente estén usando para afinar sus estrategias y salir con un plan de gobierno y no con puras promesas vacías. 

Lo interesante de esto es ver cómo, en general, no asociamos a alguien con un partido, salvo en el caso del PRD, en el que Andrés Manuel López Obrador sí está bien posicionado, aunque ya no sea parte de ese organismo. Es decir, las personas no piensan que el PRI es Enrique Peña Nieto, o que el PAN es Renán Barrera, si bien los identifican con su partido, ellos saben que no es sólo una persona, sino un grupo que, en conjunto, hacen las fechorías que desaprueban. Y eso que el repudio no es propiamente al partido, ni a sus estatutos, sino a quienes los llevan al cabo. 

La percepción que se tiene de los órganos políticos es importante porque esas atribuciones se le transmiten a los candidatos, quienes además tienen la costumbre de salir a reforzar lo que ya se piensa de ellos. Los perredistas se han comprado la idea de que ser de izquierda es descalificar al contrario, por lo que sea, aunque sean tonterías y cosas sin importancia. Los panistas ya se acostumbraron a tirarle al PRI con lo que se le tenga que tirar, aunque eso signifique criticar cosas que ellos también hacen. Los priistas ya se acostumbraron a que “los demás les tiran porque están ardidos”, porque son tan buenos gobernando que la oposición tiene que voltear las cosas para hacerlos quedar mal. La realidad es que, ante la ciudadanía, todos son iguales. 

La gente no distingue si son de derecha o de izquierda, si son católicos o no, liberales o conservadores… rojos, azules, amarillos, turquesas, naranjas, morados o del color que sea, todos son partidos políticos y por lo tanto tienen intereses ocultos.

 Chisme de elección: Que en su calidad de representante en Yucatán de la Fundación México con Valores, Ana Rosa Payán anda reuniéndose con todo el mundo, lo mismo scouts que empresarias, en esta etapa de silencio electoral en la que, obviamente, dejó su ropa de candidata a la alcaldía de Mérida y se la cambió por la de activista social. No vayamos a pensar mal.

Lo más leído

skeleton





skeleton