A Alejandro Legorreta le encantan los árboles. “Es una representación clara de la planeación a mediano y largo plazos”. Por eso, Legorreta, un abogado devenido en financiero, bautiza con nombre de árbol a las empresas que preside: su think tank de inversiones se llama Sabino Capital y Ceiba Capital, nombre de un fondo que invierte en empresas y proyectos con impacto social en México. 

“Los árboles y los jardines requieren de paciencia y de mucha reflexión, algo que verdaderamente admiro”, agrega Legorreta. Y es lo que pone en práctica cuando organiza cada año su Foro VIF (Value Investing Forum), un evento para inversionistas al que solo se asiste por invitación (hay 550 asientos), un espacio donde los ponentes son siempre cinco estrellas y en el que se recaudan fondos para diferentes ONG (este año será para el Patronato del Instituto Nacional de Cancerología). 

Este jueves 14 se llevará a cabo la sexta edición del VIF, donde los reflectores estarán en dos grandes personajes: el ex secretario del Tesoro de EU, Henry Paulson y en Thomas Barrack, considerado el inversionista más inteligente del mundo en bienes raíces. 

“El auditorio tiene un perfil empresarial, de buenos ejemplos consolidados. Se accede al VIF más por mérito propio que por los ceros en sus cuentas”, explica Legorreta. 

Olvídese de los foros con temas generales o perspectivas macro: este es un verdadero networking donde se aterrizan oportunidades reales, cercanas y palpables de inversión. “Cada año recibo hasta 600 mails de Europa y Asia interesados en qué está pasando en México que está convocando a este tipo de inversionistas y panelistas”, agrega. 

Paulson le contará al foro cómo fueron esos días de la crisis global dentro de la Casa Blanca y del Tesoro de los EU. También de las oportunidades de inversión que ve en México y como ven a México el resto de las economías en las que él es un consultor de lujo. Fuera del foro hablará con Legorreta del tema que los apasiona: la naturaleza.

Paulson es un reconocido activista que tanto suelta millones de dólares para causas de conservación como dedica largas jornadas a disfrutar las aves y los árboles en el Central Park. Los dos pueden dar muchos ejemplos de cómo la paciencia y la reflexión pagan muy bien en ambos espacios.