Pedro Joaquín, Félix y ¿Hendricks?

El PRI siempre ha sido el partido triunfante en la batalla por el Senado, aunque en 2012 la fórmula fue encabezada por el “Niño Verde”.

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Convertido el PRI en insepulto, este cadáver ambulante se resigna a competir en los comicios de junio de 2018, en un mar de presentimientos negativos porque su escenario es de derrota en todos los frentes, con dos senadurías en fórmula y cuatro diputaciones federales, una de ellas debutante en la zona norte.

Además de la Presidencia de la República, en esta guerra también serán disputadas 11 presidencias municipales, en una sopa con ingredientes novedosos porque se mezcla lo local y lo federal.

El PRI siempre ha sido el partido triunfante en la batalla por el Senado, aunque en 2012 la fórmula fue encabezada por el “Niño Verde” Jorge Emilio González Martínez, remolcado por el ex gobernador priista Félix González Canto. La tercera senaduría correspondió a la perredista Luz María Beristain Navarrete, “Lady Senadora”, quien desplazó al diestro Joaquín González Castro.

A la vista, el Tricolor no tiene la mínima esperanza. Antecedentes domésticos y el desprecio al presidente Enrique Peña Nieto con sus gasolinazos alejan a los priistas de la zona de competencia a nivel federal, aunque en algunos municipios modestos pueden dar la pelea y conservar sus posiciones, pero el efecto AMLO va a ser devastador en gran parte de Quintana Roo.

Como dirigente estatal del RIP, el chetumaleño Raymundo King de la Rosa tendrá que acudir al Mundial electoral con todos los pronósticos en contra en la lucha por senadurías y diputaciones federales, ya que no ha desactivado los reclamos de ex dirigentes como Raúl Santana Bastarrachea y Carlos Cardín Pérez, incluyendo a otros priistas que aguardan su caída.

Y pensar que el ex gobernador Roberto Borge quiso seguir los pasos de Félix, saltando al Senado al concluir su mandato. Félix había relevado al ex gobernador cozumeleño Pedro Joaquín Coldwell (1981-1987), hermano del gobernador Carlos Joaquín González.

Acaso el ex gobernador Joaquín Hendricks Díaz sería una carta fuerte entre los priistas, quienes en su desgracia tienen que abrir cancha a los expertos que han ganado batallas electorales y que cuentan con contactos en las altas esperas del PRI, donde se toman las decisiones.

No hay que perder de vista al chetumaleño Hendricks, porque el PRI puede seguir con la fórmula de ex gobernadores inaugurada en 2006 con Pedro Joaquín.

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