Peligro conjurado

No se puede negar que la campaña presidencial norteamericana ha tenido consecuencias negativas para nuestro país

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A quince días de las elecciones en los Estados Unidos, todo indica que resulta bastante improbable el triunfo de Donald Trump, con lo que podemos razonablemente considerar que el mayor peligro para México y el orbe entero quedará conjurado el 8 de noviembre. Aunque el triunfo de Hillary Clinton resulte en sí una buena noticia, no se puede negar que la campaña presidencial norteamericana ha tenido consecuencias negativas para nuestro país así como para nuestro vecino del norte, cuyas secuelas tendremos que afrontar durante algún tiempo.

Además del deterioros social que resulta de la exacerbación de los sentimientos xenófobos y racistas en que basó su campaña el republicano, me parece que en materia económica sus repercusiones no serán menos importantes, ya que no se limitan a la relación de paridad peso-dólar, que se ha ido moderando, pues han golpeado la base misma de la estructura productiva estadunidense al haber frenado la inversión, lo que aminoró el crecimiento de ese país. También ha intensificado intereses proteccionistas, que pueden constituir obstáculos para el intercambio comercial y el flujo de capitales a mediano plazo.

La perspectiva económica de nuestro país para el próximo año no resulta muy halagüeña, porque a esas circunstancias le agregamos el recorte presupuestal que realizará el Gobierno Federal para detener el crecimiento de la deuda pública. Ajuste que, a pesar de la enmienda por 51 mil millones de pesos que le incrementó el poder Legislativo, según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público se mantiene dentro del rango aceptable para su política macroeconómica.

No obstante, se estima que el índice de crecimiento de nuestro país para  2017 puede mantenerse en el promedio que se ha observado en los últimos cuatro años, cercano al 2%.

Pero, para bien o para mal, el desarrollo económico no es igual ni para todas las ramas de producción ni para todas las regiones del país. En el caso de Yucatán el crecimiento que se ha experimentado en los primeros 48 meses de gobierno de Rolando Zapata Bello resulta sin duda superior a la media nacional, como lo demuestra la creación en ese lapso de 50 mil empleos como producto de su incansable labor de promoción de nuestro Estado para atraer la inversión privada, nacional y extranjera.

Hemos hablado de proyectos de gran impacto que, luego de concluir sus instalaciones, en 2017 se integrarán a la esfera productiva, pero hay que destacar que día tras día nuevas empresas anuncian su interés por establecerse aquí, como hizo ahora la maquiladora coreana para ensamblar productos electrónicos.

Y no hay que perder de vista que una buena parte de los nuevos puestos de trabajo  son mejor remunerados. No cabe duda que las dificultades también representan oportunidades y que éstas han sido bien aprovechadas por  el Gobierno del Estado.

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