Peña Nieto, Osorio, Videgaray, Murillo Karam, ¿en dónde están?
El gobierno del acuerdo, la coordinación y los resultados aparece dando palos de ciego. Nada se sabe de los 43 desaparecidos.
Salí de vacaciones el 5 de septiembre. Tres días después del segundo Informe y dos de la espectacular presentación del proyecto del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México.
Había cielo azul. La economía se recuperaba, se presumían cifras de baja de delitos y las tensiones políticas estaban en Puebla, Oaxaca y no mucho más. Pero, sobre todo, había una admiración a la forma en que el gobierno manejaba la política. Un reconocimiento a la eficaz estrategia de un gobierno que, por ejemplo, supo sacar más de 10 reformas con un costo mínimo.
Regresé el 18. Nos tocó acompañar esa mañana la detonación de la nota de Esquire sobre la masacre en Tlatlaya. Me sorprendió la falta de reflejos de ese gobierno tan rápido y contenedor. Una simple descoordinación, pensé.
El 26 estalló Iguala. Tres semanas ya y no se ve la estrategia del gobierno federal. Por el contrario, el pronóstico alerta complicaciones extremas, grupos sociales crecientes que, a plenitud, incendian palacios de gobierno y se roban camiones en nombre de su incontrovertiblemente justa demanda.
El gobierno del acuerdo, la coordinación y los resultados aparece dando palos de ciego. Nada se sabe de los 43 desaparecidos. El castigo es para los policías de a pie. Nada se sabe de los presuntos responsables. El cielo azul del 5 de septiembre es ahora de iracunda tormenta otoñal.
¿Peña Nieto, Osorio Chong, Videgaray, Murillo Karam, Rubido? ¿En dónde están? ¿En dónde quedó tanto talento político acumulado?
Con los 43 desaparecidos está terminando la creencia generalizada de que hay un gobierno eficaz, triunfador, exitoso, chingón.