Peña y Mancera: misma lucha
Peña Nieto ha perpetrado la muy fea fechoría de “traición a la patria” mientras que Mancera apenas se ha atrevido a intentar sanear un poquitín las finanzas del transporte público.
Es de llamar la atención que la protesta social, en estos días, gire en torno a los temas que fueron promovidos por dos personajes situados en los extremos opuestos del escenario político. O sea, que la reforma energética, creatura particularísima de Enrique Peña Nieto, figura en el mismo paquete que el aumento a la tarifa del Metro en Ciudad de México, decretado por Miguel Ángel Mancera.
Los anarcos y otros habituales protestadores han concentrado así dos causas para movilizarse, como siempre, en la sufrida capital de todos los mexicanos y reclamar, de manera más o menos airada, el derecho a disfrutar de servicios baratos y de la mucho más nebulosa entelequia de un petróleo obligadamente “mexicano” aunque la gasolina obtenida de los veneros de la patria sea, curiosamente, cada vez más cara.
El alcalde de la mentada megalópolis sigue siendo, a estas alturas, un muy viable candidato para participar en la carrera presidencial de 2018.
En este sentido, a pesar de que los señores manifestantes lo tengan en la mira, sería el contrincante directo del delfín de un Peña Nieto que, como ya sabemos, ha perpetrado la muy fea fechoría de “traición a la patria” mientras que Mancera apenas se ha atrevido a intentar, con la debida timidez, sanear un poquitín las finanzas del transporte público.
O sea, que Dios no los ha criado —o, por lo menos, no los colocó originalmente en el mismo bando— pero los revoltosos sí los han puesto juntos en el apartado de los líderes dignos de denostar.
Tan curiosa amalgamamiento nos muestra clamorosamente la imposibilidad de complacer a quienes no aceptan, de parte de nadie, la menor sensatez en la aplicación de las políticas públicas. Por suerte, ahí está Obrador, para darles gusto.