La peor estrategia es ignorar

En algunas ciudades que han sufrido ráfagas de violencia, y cuyos ríos se inundan con sangre de 'inocentes'...

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Vivimos en un lugar semejante a una empresa cuyo eslogan tiene como símbolo central la seguridad. Las autoridades se han creído por completo la idea de que aquí estamos en total tranquilidad porque con eso borran otras fallas. Desde hace varios años, especialmente cuando se desató la ola de violencia en otras regiones del país, se nos han vendido frases como “El estado más seguro” y la “Ciudad de la paz”, ideales que se diluyen fácilmente y cada día son más difíciles de comprar. 

¿En serio vivimos en la “Ciudad de la paz”? ¿Aquí la violencia no se ejerce? ¿No existe la delincuencia dentro de nuestro hogar? Un error es pensar que las estadísticas muestran la realidad. Que nuestra casa se encuentre entre las que presentan menores índices de violencia delictiva no significa que aquí no pase nada, sino que las circunstancias se dan de manera distinta. 

Aquí la violencia se encuentra de forma diferente. Existen cientos de casos de abuso doméstico, agresiones físicas y verbales contra mujeres que muy pocas veces aparecen en las estadísticas. Los suicidios son otra cuestión que preocupa, además de que a diario se presentan casos de ataques relacionados con la delincuencia organizada, que en la mayoría de las veces no trascienden porque ocurren fuera de la capital. 

En algunas ciudades que han sufrido ráfagas de violencia, y cuyos ríos se inundan con sangre de “inocentes”, las cosas comenzaron de la misma manera. Las autoridades ignoraron los pequeños síntomas permitiendo que el problema crezca. 

La violencia es como un virus que puede ser detenido por un sistema inmunológico fuerte, pero con un poder tan grande que terminará por minar el cuerpo. Después el miedo de la gente será su peor síntoma. Si ahora no se enfrenta luego será caso perdido. La delincuencia y la violencia se esparcen con facilidad cuando se niegan... Entonces no habrá estadísticas ni eslogan que nos regresen la paz.

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