'Pérate', Lourdes, 'pérate'
Todos sabemos que las pilas no son la cosa más amigable con el medio ambiente.
Una aberración está a punto de ocurrir en la Cámara de Diputados. Los legisladores se aprestan a aprobar una iniciativa de ley que catalogaría como “residuo peligroso” a las pilas que todos usamos. ¿Cuáles? Todas: las del barquito de control remoto; las AA del control de la tele; las del Batman del niño; las del despertador.
Aparentemente quien impulsa esta iniciativa es la diputada Lourdes López Moreno, del Partido Verde, quien se querría colgar una medalla si se aprueba este ordenamiento legal.
Todos sabemos que las pilas no son la cosa más amigable con el medio ambiente. Cierto. Pero de ahí a que sean categorizadas como “residuo peligroso” hay una distancia enorme. Vaya, no se trata de desechos químicos que vayan a explotar o que tengan que estar confinados con extrema seguridad durante su transporte, en un convoy con un vehículo guía por delante y patrullas por detrás. No. Solo son pilas.
Los estudiosos del tema aseguran que anualmente cuesta alrededor de 200 millones de pesos dar tratamiento a las pilas de desecho, que actualmente son consideradas como “residuo urbano”. No obstante, esa cifra se multiplicaría por tres en caso de que la minuta sea aprobada por el pleno de la Cámara. Ni las empresas privadas ni el gobierno tienen presupuesto para dar tratamiento a las baterías como “residuo peligroso”, así que el costo tendría que ser trasladado al consumidor.
Y a todo esto, ¿qué opina la Secretaría del Medio Ambiente? Que no se debe aprobar. ¿Cómo lo justificó? Así: “No se indica la forma en que se determinaron las características de peligrosidad de dichas pilas, basadas en conocimientos científicos y evidencias sobre su peligrosidad y riesgo”. La Secretaría especifica que la importancia de esta iniciativa es alta y que su opinión es en contra. Punto.
Quién sabe qué les pica a unos legisladores que se suben a temas populacheros de alto rating. En el Senado esta iniciativa la defendía Silvano Aureoles. Pero que nadie se sorprenda si, en caso de ser aprobada, nacen nuevas empresas que empiezan a embolsarse millonarias cantidades por tratar a las pilas como si fueran residuos de una planta nuclear en Laguna Verde. Porque eso sí: siempre hay alguien que sale ganando.