Pero qué necesidad…
2017 entrará con más incertidumbre que décadas anteriores y con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos, la gente se volverá muy sensible...
El Gobierno del Estado dejará de prestar el servicio gratuito de seguridad en carreras altruistas, de fondo, rallys, eventos vehiculares y hasta simples caminatas masivas. A partir de enero de 2017 cobrará estas actividades por las cuales obtendrá hasta un mínimo de 800 pesos y un máximo de 47 mil pesos, destinados presuntamente al rubro de seguridad.
Al concluir el segundo período de sesiones del primer año de ejercicio con la aprobación del paquete fiscal de 2017, las bancadas del PRI (mayoría), Acción Nacional, Nueva Alianza y Verde Ecologista votaron a favor del artículo 56-H de la Ley General de Hacienda, el cual establece la Unidad de Medida de Actualización (UMA), tasada en 73.04 pesos, como el equivalente al salario mínimo para conocer los verdaderos cobros.
Sólo los diputados del PRD, David Barrera Zavala y de Morena-pejista, Jazmín Villanueva Moo, se opusieron a los cobros relacionados en materia de seguridad externa que brinda la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y que siempre había sido gratuito en segmentos de carreras deportivas, de fondo, rallys, maratones, caminatas y acontecimientos similares masivos, no necesariamente deportivos.
A manera de ejemplo, el perredista citó que por eventos de hasta cinco kilómetros, con la participación de una a 500 personas, el cobro establecido es de 11.40 Unidades de Medida de Actualización que, multiplicadas por la tasa de 73.04 pesos, arroja un pago 832. 656 pesos, y a partir de mil 501 personas, siempre en cinco kilómetros, a una tasa de 34.22 UMA, entonces el pago de los participantes será de 2 mil 499 pesos.
Por eventos de ciclismo, cualquiera que sea la distancia, a partir de mil 501 personas, la tasa en UMA está en 136.91 y que al multiplicarse por 73.04, da la cantidad de 9 mil 999 pesos.
Y para eventos masivos de cualquier tipo, como los ya citados, la UMA se tasa en 627 y que, con la operación también ya descrita, se obtiene un total de 45 mil 796 pesos. Ah, caray, será para pensar en la organización de este tipo de eventos.
También para los eventos de triatlón, en cualquier distancia a cubrir, hay por lo menos tres tarifas: de una a 500 personas, 102.68 la UMA, total de 7 mil 499 pesos más sus respectivos centavos; de 501 a 700 sujetos, 114.09 la UMA (8 mil 333 pesos); 701 a mil individuos, UMA de 136.91 (9 mil 999, prácticamente 10 mil varos), y de mil 001 a mil 500 personas, la UMA será de 154.02 para un total de 11 mil 249 pesos.
Y si alguien quiere organizar carreras de fondo, triatlones, caminatas de unos 42 kilómetros, entonces los precios también serán “generosos”. Si van de una a 500 personas, la Unidad de Medida de Actualización se fijará en 57.04; de 701 a mil, 96.97; y a partir de mil 501 almas, 136.91. Luego entonces, el pago que deberán depositar los organizadores será de 4 mil 166 morlacos, 7 mil 082 pesitos y 9 mil 999 varos, mejor dicho, 10 mil de los devaluados.
Los legisladores opositores consideraron injusto este tipo de cobros. Viene la “perlita”. Según versiones fidedignas, el secretario de Administración y Finanzas, Alfredo Dájer Abimerhi, en una anterior reunión de comisiones del Congreso estatal, les comentó a los legisladores: “Es para que se abastezcan de gasolina las patrullas y motos de los policías que vigilarán a los participantes”. Palabras más, palabras menos. Ah, caray.
Quizá, en lo más remoto de las acalambradas mentales este tipo de “nuevo impuesto” que, prácticamente lo es, no sea objeto de millonarias recaudaciones a lo largo del tiempo que se aplique pero, como cantaba el inolvidable Juan Gabriel: “pero qué necesidad…”.
Si este tipo de cargos económicos se aplicara en ciudades grandes y con millones de habitantes, como el ex Distrito Federal (ahora Ciudad de México, sin capital todavía), Guadalajara o Monterrey, digamos que la propuesta estaría más “ad hoc”. Allí, los gobiernos se echarían a los bolsillos miles de millones de morlacos. Pero no necesariamente en Mérida que es considerada una urbe pacífica y cuyas marchas son, la verdad, relativamente contadas. Sólo de vez en cuando recorridos de protesta y, claro, nada violentos. Afortunadamente.
En tiempos complicados, cuando 2017 entrará con más incertidumbre que décadas anteriores y con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos, la gente se volverá muy sensible, con la “piel finita”. Entonces, para qué rascarle con otros “recargos”. El dicho popular es claro: “No hagas cosas buenas que parezcan malas”. Y si se organizan carreras donde participen funcionarios del Gobierno local, ¿quién depositará el dinero en las arcas oficiales?
Amiguitas y amiguitos, ya saben: sugerencias para que existan cobros en eventos de una a cinco personas en un tramo no mayor a 100 metros (¿cuánto se pagaría?), enviarlas a [email protected] y/o [email protected]