A raíz de las recientes elecciones en Norteamérica se ha generalizado una visión pesimista sobre la economía mundial, de manera que las instituciones monetarias y financieras han reducido su estimación del crecimiento económico para 2018, por la política proteccionista que enarboló durante su campaña Donald Trump, quien en su primer día de gobierno anunciará que su país se retira de la implementación del TPP. 

En nuestro país las principales preocupaciones giran en torno a la paridad peso-dólar, que tiende a estabilizarse por aumento de las tasas de interés implementado por el Banco de México; la incertidumbre que se ha generado sobre el futuro del TLC, así como por la deportación de emigrantes ilegales.

Dada la conexión e interdependencia de nuestra economía con la norteamericana, lo mismo que entre sus empresas y cadenas productivas, resulta bastante improbable que se puedan introducir modificaciones drásticas al tratado comercial tripartita, lo que será investigado por una comisión norteamericana, cuyos resultados podrían ser conocidos en agosto de 2018, cuando comenzarían las negociaciones pertinentes.

La política de deportación de ilegales de la administración Trump ha sido acotada de manera importante al reducirlas a los casos de los que tengan malos antecedentes legales que, en relación con Yucatán, pudieran llegar a entre 3 mil y 6 mil paisanos, lo que, conforme la opinión de representantes de la iniciativa privada, puede no representar mayor problema.

Ello se debe a la capacidad de absorción de mano de obra gracias a la instalación en Yucatán de las empresas que la visionaria política de promoción del gobierno de Rolando Zapata Bello ha conseguido atraer y cuya producción comenzará a incorporarse al mercado a fin de año.

Por ejemplo, la fábrica de cerveza del Grupo Modelo, emplazada en el municipio de Hunucmá y que atrajo el establecimiento de una gran fábrica de envases de aluminio, tendrá una de las primeras repercusiones, por los empleos directos que creó, en la demanda de unas 3 mil viviendas cercanas a la planta,  proyecto que, habiendo sido previsto por el IVEY, cuenta ya con una superficie territorial suficiente para su asentamiento.

Su efecto virtuoso no se detendrá con ese impulso para la industria de la construcción, pues continuará con la instalación de empresas, pequeñas y medianas, para cubrir la demanda de bienes y servicios del nuevo núcleo poblacional, así como las que puedan brindar los diferentes servicios,  limpieza y mantenimiento por ejemplo, que demande la propia empresa.

Así que, considerando las empresas que se encuentran en marcha, de las diversas ramas, como la de energía limpia, eólica y solar, podemos pensar que no tenemos a la vista mayores problemas por nuestros  niveles de ocupación, empleo y salarios.