PIB, el indicador equivocado

Las crisis económicas provocan decisiones económicas frías y ante el desplome petrolero se apretó la recaudación fiscal y se hicieron recortes a los presupuestos.

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La vemos publicada casi todas las semanas en los periódicos del país. Es también el motivo de la mayoría de las políticas económicas, fiscales y monetarias. La palabra PIB o producto interno bruto es la facturación de todos los bienes y servicios; su fórmula es: consumo privado, más gasto de gobierno, más gasto por inversión, más exportaciones, menos importaciones.

El supuesto es: si la gente compra, gasta o invierte, el empleo sube y el ingreso personal mejora, pero esto es una arma de doble filo, ya que si yo gasto o invierto pero con deuda estoy preparando una bomba de tiempo. Eso fue lo que pasó en 2015, ante la baja de ingresos petroleros el Gobierno Federal emitió deuda pública para empujar el PIB y así tener mejores niveles de empleo e ingreso mientras repuntaba el precio del petróleo.

En 2016 la situación cambió, ya no esperan que crezca el precio del petróleo, la decisión es parar el endeudamiento público y seguir apretando con la recaudación fiscal con miras a equilibrar las finanzas públicas,  además, más recortes. Es obvio que impacte negativamente el crecimiento del PIB y quizá del empleo, pero le dará fortaleza a las finanzas públicas, habrá menos inflación y menos subidas de tasas de interés porque el gobierno no competirá por recursos de los bancos.

Las crisis económicas golpean la imagen de los presidentes,  pero las decisiones económicas son frías y ante el desplome petrolero se apretó la recaudación fiscal y se hicieron recortes a los presupuestos, pero dejaron abierto el endeudamiento, aunque éste parece que ya se acabó, el anuncio del final del endeudamiento por Videgaray  hace más viable el futuro económico de México y significa no patear la pelota de la crisis al siguiente sexenio.

Por otro lado, medir el crecimiento social por el PIB siempre ha sido una equivocación, no es el crecimiento del PIB lo que aumenta el ingreso familiar, tampoco necesariamente crece el empleo, porque puede obedecer a utilizar capacidad ociosa de las fábricas o comercios, tampoco hace el PIB eficientes a los hospitales o escuelas.

El crecimiento social lo hacen políticas públicas para romper monopolios y sus prácticas en cervezas, refrescos, cementos, etc. Está en abrir permisos para empresas de transporte, bancos y muchos giros regulados por el gobierno y que estrangulan la competencia y el empleo local. Está en romper la concentración de compras entre gigantes multinacionales y los mega supermercados. Está en distribuir la compras públicas federales  de empresas estatales y poner aranceles a importaciones chinas en el país.

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