Los entendidos aseguran que Remberto Estrada Barba tiene la candidatura segura del oficialismo para competir por Cancún. Otros, los menos, advierten que todo se definirá tras conocer al “candidato de unidad” a la gubernatura, por aquello de las negociaciones, las claudicaciones, los balances y los contrapesos. Hay quienes impulsan a mujeres aduciendo la nueva ley con garantía de equidad. Quien sea, deberá enfrentar a una oposición que está presentando sus cartas.

“¿Por qué Remberto?”, pregunté hace unos meses a dos enviados nacionales del Verde, cuando apenas sonaba su nombre para dicho cargo. La respuesta fue más o menos así: Remberto tiene ventajas, las cuales son determinantes en toda carrera. Quien parte sin ventajas le cuesta más, sobre todo cuando el competidor es joven, no pertenece al partido más grande en el gobierno y no es un factor sorpresa, máxime si ha sido cuestionado.

El diputado federal con licencia ha ganado todas las elecciones. Se adjudicó la curul local en 2013 a un Julián Aguilar Estrada muy preparado, quien recibió apoyo inclusive afuera de su partido, el PAN. Pese a que Remberto no era el favorito, salió victorioso por un margen nada despreciable, lo cual le dio la legitimidad que necesitaba para afianzarse más allá de su instituto, específicamente en el PRI.

El año pasado volvió a ganar, esta vez la diputación federal, una silla enviada por todos los políticos. También convenció en Cancún, con lo cual confirmó su experiencia y le dio la esperanza de aspirar al sillón ocupado ahora por el priista Paul Carrillo de Cáceres, quien, dicho sea de paso, dejará al que sigue una Comuna con finanzas sanas, avances en infraestructura y una base de capital político potente: llegó con casi 100 mil votos, pulverizando a una oposición que aún no logra articularse.

Por esas ventajas Remberto es el mejor posicionado en Benito Juárez, aunque muchos duden de los pactos cupulares establecidos en la capital del país. La experiencia reciente refleja que el verde ecologista ha sabido ganar aun con todo en contra. Por lo mismo, los adversarios lo ven con más respeto que desdén. 

En un municipio que ha sido gobernado por el PVEM (con Juan Ignacio “Chacho” García Zalvidea entre 2002 y 2005) y con un actual secretario general muy perspicaz del mismo partido (José de la Peña), estas virtudes son invaluables a la mera hora. Si no llega Estrada Barba, estas condiciones no sirven a otro; porque no sólo en ello radican sus ventajas, sino en otros ámbitos, los que le otorgan una posición privilegiada ante el resto de sus rivales, quienes aspiran sin los consensos necesarios de sus partidos ni de sus debilitadas alianzas.

Este panorama lo conocen bien los contrarios. Por lo mismo, los del PRD-PAN han decidido perfilar al ex presidente municipal, Julián Ricalde Magaña, uno que sabe del juego. Si bien no hay muy grato recuerdo de él debido a las deudas heredadas, la falta de pago a proveedores y el supuesto enriquecimiento, no son pocos los que le apoyan en las colonias, más en aquellas donde recuperó los espacios públicos e instaló los servicios que los anteriores no quisieron o no pudieron ofrecer. 

Desde el sector “independiente” aparece Víctor Sumohano Ballados, un pionero cancunense que conoce como pocos los problemas de la ciudad y que durante años presentó soluciones desde Acción Nacional, donde militó. Prevalece el recuerdo de su máscara luchadora y de otras ocurrencias disparatadas, lo cual en su momento le quitó credibilidad. Esperemos que esta vez sea serio.

Son los más visibles y fuertes de una oposición desbaratada el último trienio. Dudo que puedan contra una mega alianza que conquistó casi todo en los últimos comicios y cuyos aspirantes exhiben resultados favorables.