El polvo del Sahara

Los tonos naranjas de que viste el cielo del Caribe durante el ardiente verano son producto de finas capas de polvo que provienen de Africa.

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El tema de hoy tiene mucho qué ver con el comportamiento climático, sobre todo del área del Océano Atlántico, Golfo de México y Mar Caribe, me refiero al polvo del Sahara; éste es generado por grandes tormentas  de arena que se gestan en el noroeste y norte de Africa; un componente importante que se forma a partir del polvo emitido a la atmósfera, los iberulitos, llega a zonas tan alejadas como el Amazonas, el Himalaya o el norte de Europa.

Son agregados minerales esféricos de no más de 1 mm de diámetro, cargados de plancton, sales y hasta vegetales y virus, pueden fertilizar los suelos y el plancton de los océanos, no se sabe si siempre se han formado o son producto del calentamiento global; los tonos naranjas de que viste el cielo del Caribe durante el ardiente verano son producto de finas capas de polvo que provienen de Africa; las altas temperaturas, la falta de humedad y el cielo cubierto de bruma ajena a la temporada son indicadores de la existencia de partículas finas de polvo arrastradas hasta el mar Caribe y la  Península de Yucatán.

El desierto de Sahara es incubadora de tormentas de arena que elevan a la atmósfera grandes cantidades de polvo a alturas de 5 a 7 km en un área de hasta 800 km; los vientos alisios las transportan hasta el Mar Caribe.

Forman una masa de aire caliente y una humedad el 3%, lo cual ocurre de  mayo a agosto con mayor incidencia en junio y julio. Provocan una disminución del tamaño de las gotas de lluvia e inhiben la formación de nubes de gran desarrollo vertical provocando sequía; causan la reducción en la temperatura del agua superficial de los océanos debido a que la nube de polvo bloquea el paso de la luz del sol; esto provoca una disminución de condiciones para la formación o intensidad de los huracanes, ya que les roba humedad, y una vez ya formados causan que se debiliten.

Es importante destacar que en épocas de grandes tormentas del polvo del Sahara menos huracanes se forman en el Atlántico y en períodos de escasas tormentas de polvo hay más actividad ciclónica.

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