¿Por qué los chinos se quedaron con el tren?

El vaticinio se cumplió: la única oferta formal llegó de China Railway Construction Corporation. “El dinero manda, y ellos tienen todo el financiamiento desde China”, agrega otro ejecutivo.

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Hace semanas, ejecutivos de las principales empresas ferroviarias y desarrolladoras decían que los chinos harían lo imposible para quedarse con el Tren de Alta Velocidad México-Querétaro (TAV), primero en su tipo en América. 

El proyecto era una gran oportunidad para cualquier empresa especializada en este servicio, ya que es una excelente vitrina para ofrecerlo al resto del continente. “Somos uno de los líderes en el mundo en proveer tecnología de alta velocidad. Es una gran oportunidad para México pero también para Siemens.

Da a México una oportunidad para ser un líder tecnológico en el continente”, dijo hace unos días Louise Goeser de Siemens, esperando que le dieran el visto bueno al pedido (y la mayoría de los operadores del sector) de una prórroga para presentar el paquete completo. “Es muy poco tiempo el que nos han dado”, dijo por su parte Cintia Angulo desde Alstom. Según prácticas internacionales, este tipo de obras requieren entre cuatro y seis meses de plazo para entregar un plan “llave en mano”, como se había requerido en la Secretaria de Comunicaciones y Transporte (SCT).

“La oferta que hicieron rebaza lo que fijó el gobierno porque van a la segura”, dijo ayer un ejecutivo de una firma europea que junto con otras 15 empresas enviaron cartas a la SCT disculpándose por no participar.

El vaticinio se cumplió: la única oferta formal llegó de China Railway Construction Corporation. “El dinero manda, y ellos tienen todo el financiamiento desde China”, agrega otro ejecutivo. 

China Railway consiguió un crédito ultrablando por 85% de la obra en el China Exim-Bank a 20 años y con una tasa fija más baja que la que pudieran conseguir sus competidores en la banca tradicional. El mismo banco financia 90% de otro de sus proyectos, el tren que une el puerto keniano de Mombasa con Ruanda. Se trata de una obra que ganaron hace cinco meses y que demanda una inversión de 3 mil 800 mdd.

Hasta ahora, el China Exim-Bank había hecho grandes inversiones en países latinomericanos como Venezuela y Argentina. Pero estaban buscando grandes oportunidades en otros mercados más estables como México para balancear sus niveles de riesgo. El TAV es la mejor oportunidad para el banco y para la empresa ferroviaria para poner un pie en América. 

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