En 2013 aprendí que los fanáticos al boxeo en Filipinas son como los mexicanos en su pasión por el deporte de los puños. Sin embargo, en ese archipiélago, en donde hay gran afinidad por lo mexicano, la figura de Manny Pacquiao es seguida en ámbitos muy diferentes al deportivo.

Y es tanto el cariño que los filipinos tienen por el Pac-Man, que tiene un futuro seguro como político o inversionista. De hecho, ya incursionó en ambas actividades como diputado federal y con sus dineros que ha hecho rendir, según reportan medios locales.

El caso es que hay consultores en inversiones que aconsejan seguir estrategias similares a Pacquiao.
Según Lianne Martha Laroya, consejera en finanzas de Filipinas, hay cuatro puntos básicos para invertir a la Pac-Man:

1. Si eres joven puedes ser agresivo. Manny comenzó su carrera a los 16, ganando su primer combate profesional. A la hora de invertir, si se es joven se pueden tomar riesgos muy elevados en carteras a largo plazo. 

2. Invertir poco de forma regular es mejor que apostar cantidades grandes de vez en cuando. Aquí, grandes boxeadores como Pacquiao y su némesis, Juan Manuel Márquez, tienen mucho que enseñar. En sus rutinas diarias, los dos incorporan carreras de 15 kilómetros y cientos de sentadillas y abdominales. Solo cuando tienen una pelea en puerta incrementan su entrenamiento, pero la disciplina la mantienen todo el año.

3. Elige el riesgo aceptable. Es evidente que Pac-Man elige bien sus peleas. Lo mismo que Márquez. Tras su cuarto pleito, que culminó con el mexicano dinamitando el mentón del filipino, muchos querían una quinta batalla. Márquez dijo que no, a pesar de que le ofrecieron la mayor bolsa en su carrera. Pacquiao sabe que el riesgo de perder de nuevo es alto, pero la recompensa sería mayor si pelea y gana. Laroya dice que los inversionistas deben considerar que perder dinero es parte del juego, pero hay que mitigar los riesgos al máximo y elegir bien dónde poner la lana.

4. Invierte como si sembraras. Tanto Manny como JuanMa tienen carreras longevas dentro del box; lo cual cosechan gracias a su profesionalismo y dedicación. Un inversionista también debe prepararse, entrenar día a día, no dejarse llevar por las derrotas ni apasionarse demasiado por las victorias.

El mercado está ahí, haciendo sonar la campana.