Por qué se llama Papa al Papa
Una de las explicaciones dice que a ese cargo se le designa con el acrónimo de Pedro Apóstol Pontífice Augusto.
Francisco, un papa que con su apego a la frugalidad y su abandono del fasto y el boato, aunados a una proverbial sencillez y una prístina claridad para decir las cosas y señalar las lacras que afectan a la Iglesia Católica, llega a una región que es el mayor reservorio de vida para una institución que en países desarrollados sufre graves retrocesos en el número de fieles y la práctica de los ritos religiosos.
Su santidad viene a este llamado por los católicos “Continente de la esperanza” tras haber protagonizado callada pero eficazmente una revolución en la forma y el fondo de la institución del papado, empezando por su renuncia a utilizar las manifestaciones externas de lo que indudablemente es un poder político: la regia vestimenta papal y el trono, y por haber decidido no trasladarse en el llamado Papamóvil y en cambio utilizar un modesto Fiat para hacerlo, no vivir en el Palacio Apostólico sino en un humilde cuarto de hotel y seguir utilizando sus viejos zapatos negros, entre otras cosas.
Francisco, sin embargo, no ha renunciado a que se le llame Papa ni tampoco podría hacerlo a no ser que decida una reforma a las leyes vaticanas.
A quien ocupa el cargo máximo en la estructura de la Iglesia Católica se le designa de muchas maneras, entre ellas: sumo pontífice, sucesor de Pedro, Santo Padre, obispo de Roma, etc., pero en especial hay un nombre que es el más conocido: papa. Todos la hemos usado y la seguimos usando para designar al máximo jerarca católico, pero ¿sabe usted por qué se le designa con ese nombre?
Hay varias explicaciones. A continuación le ofrezco algunas con la recomendación de que usted elija la que más le guste, porque ninguna tiene suficiente aval histórico como para decir sin posibilidad de error que es la verdadera.
Una de esas explicaciones dice que a ese cargo –que para algunos, como el propio Francisco y su antecesor, el dimisionario Benedicto XVI, es una carga- se le designa con el acrónimo de Pedro Apóstol Pontífice Augusto y que esto proviene de una decisión de Urbano II, en el año 1098. Su justificación se deriva, según quienes propugnan esta tesis, de que el Papa es al fin y al cabo sucesor de Pedro.
Otra indica que son las siglas de Petri Apostoli Potestatem Accipiens (El que accede a la potestad del apóstol Pedro), aunque los estudiosos lo consideran improbable. También se dice que es la unión de las dos primeras palabras de Padre y Pastor, pero la explicación más aceptada es que proviene de griego pappas (padre), término con el cual se designaba a los sacerdotes en Oriente y que en Occidente se utilizaba para los obispos y a partir del siglo IV se restringió su uso para el obispo de Roma, exclusivamente.
Sin embargo, fue hasta que Gregorio VII (1073-1085), en el año 1075 y mediante un llamado Dictatus papae, quien ordena que la palabra Papa sea de uso exclusivo del sumo pontífice. Quod hoc unicum est nomen in mundo (Que este nombre -el de papa- es único en el mundo).
El Papa tiene su sede oficial en el Estado de la Ciudad del Vaticano, el país más pequeño del mundo (de sólo 44 hectáreas) y el más urbanizado. Su población no llega a mil personas. Se encuentra dentro de la ciudad de Roma y es el único en el mundo que tiene como idioma oficial el latín.
La Ciudad del Vaticano comenzó a existir oficialmente en 1929, con la firma de los Tratados de Letrán entre la Santa Sede y el Reino de Italia que en 1870 conquistó los Estados Pontificios. Quienes suscribieron el tratado fueron, por parte del Reino de Italia, su primer ministro Benito Mussolini, y por la Sede apostólica, Pietro Gaspari, designado por el Papa Pio XI su representante en las negociaciones. El sumo pontífice es a la vez jefe de la Iglesia Católica y jefe del Estado Vaticano.
En sentido estricto, el Vaticano es el único estado europeo con una teocracia. Formalmente es una monarquía absoluta (electiva), cuya cabeza, el santo padre, tiene plenos poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Su nombre, Vaticano, se deriva de la palabra latina vaticinium (profecía, augurio), debido a que en la antigüedad la colina en la que se halla era sede de un oráculo etrusco.