100 años de la muerte de Porfirio Díaz y su aportación al cine

Díaz es un personaje clave en la historia y posterior desarrollo del cine mexicano, y también del cine latinoamericano.

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La semana pasada se cumplieron 100 años de la muerte de José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, exiliado en Francia, donde vivía exiliado. Para ser precisos, el 2 de julio de 1915 fue la fecha en que el general, quien gobernara a México por 30 años, 5 meses y 26 días, dejara de existir. Pero ¿por qué hablo de un dictador en esta columna especializada en información cinematográfica?

Resulta que Díaz es un personaje clave en la historia y posterior desarrollo del cine mexicano y, por qué no decirlo, también del cine latinoamericano en su conjunto, pues fue él quien tuvo la grandiosa idea de importar el cinematógrafo desde Francia en sus años de gobierno, como a continuación le comento.

Influenciado por el ambiente tecnológico que los periódicos de la época le habían imprimido al revolucionario invento, el mandatario mexicano, quien además era un amante de la cultura gala, solicitó a los hermanos Luis y Augusto Lumiere la presentación de este novedoso artefacto.

Fue así como Gabriel Veyre y Claude F. Von Bernard llegaron a México, enviados por la familia Lumiere, prácticamente como encargados de venta y distribución a hacerle una presentación a Díaz de las maravillas que podría propiciar el invento. 

Dicha exposición tuvo lugar el 6 de agosto de 1896 en un salón de Castillo de Chapultepec, ante una limitada audiencia integrada por empresarios y gente pudiente de la época, encabezada por el presidente en turno, apenas ocho meses después de su primera proyección pública en Francia, el 18 de diciembre de 1895.

A partir de ahí, se puede considerar a Porfirio Díaz como el primer actor del cine mexicano con su participación en la vista “El Presidente de la República paseando a caballo en el bosque de Chapultepec” (1896), dirigida o mejor dicho fotografiada por los enviados franceses Von Bernard y Veyre, para mostrar al dictador los alcances del cinematógrafo.

Así pues, más de 30 cortometrajes documentales y otros tantos de ficción, en la mayoría de los cuales el mandatario Porfirio Díaz era la figura central de los filmes, fue el inicio de la cinematografía mexicana y latinoamericana, pues el único cinematógrafo en el continente americano estaba a las órdenes de Díaz.

Estas producciones fueron filmadas por Von Bernard y Veyre en la Ciudad de México, incluso en el propio Castillo de Chapultepec, en Guadalajara y Veracruz.

A partir de esa experiencia cinematográfica, se abrieron lugares especiales para poder observar las vistas en diversas partes del país, y poco después en el resto del continente. Nótese que el inventor estadounidense Thomas Alva Edison ya había patentado un aparto similar el cinematógrafo, sin embargo, no tuvo el mismo impacto que el invento de los Lumiere.

Es por ello que en el marco del aniversario luctuoso de Porfirio Díaz, esta columna se ha dedicado a la persona responsable de iniciar la industria cinematográfica mexicana.

Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. 

Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] 

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