Durante su campaña, el presidente electo de Estados Unidos, Donald J. Trump, hizo diferentes posicionamientos, en diversos planos: económico, social, político, etc. La viabilidad de algunas de estas promesas está por verse. El impacto de algunas, en caso de que se conviertan en políticas públicas, podrían traer consecuencias en diversos planos, en primer lugar para los estadunidenses, pero también a nivel internacional, un ejemplo claro es su planteamiento migratorio de expulsar a millones de inmigrantes indocumentados de ese país. 

Dada la diversidad de posicionamientos, me voy a enfocar en el tema de justicia y legalidad.

Estos incluyen la vigilancia sobre los indocumentados, castigo al aborto y restricción de la libertad de expresión. También criticó, como apunta Ignacio Ramonet en reciente artículo, la decisión del Tribunal Supremo de considerar el matrimonio entre personas del mismo sexo como un derecho constitucional, además de que admitió que el matrimonio tradicional, formado por un hombre y una mujer, “es la base de una sociedad libre”. Otras de sus declaraciones fueron a favor de “las leyes de libertad religiosa” propuesta por conservadores y que niegan derechos a las personas LGBT. 

Si se revisa la propia página del candidato, puede verse su planteamiento de endurecer la política criminal, para lo cual plantea reforzar las leyes e incluso expandir programas como el “Project Exile” (algo así como Proyecto Exilio”) “para sacar a los miembros de pandillas y vendedores de drogas de las calles”, básicamente endureciendo las penas y medidas de cautela en contra de las personas que sean capturadas por algún delito y posean armas de fuego al momento de su arresto.

Garantiza la defensa de los derechos de los propietarios de armas respetuosos de la ley. “Quienes aplican la ley hacen su trabajo, pero no pueden estar en todos lados todo el tiempo”, dice en su página web, en la que plantea que la portación de armas debe ser legal en los 50 estados de la Unión Americana y que “no es el negocio del gobierno decidir qué tipos de armas son buenas para la gente honesta”.

Todo el demás contenido en su página a este respecto son sólo posicionamientos contra las propuestas de Hillary Clinton. Por ejemplo, asegura que su otrora competidora demócrata conformaría la Suprema Corte “más liberal en 80 años” y que, en su visión, los jueces deben estar para acatar las leyes al pie de la letra, es decir, contrariamente a como ahora el derecho humanista está tratando de aplicar la ley.