Priistas y Morena, retadores en puerta

La hegemonía del priismo como clase política está intacta, pese al descalabro de ese partido en los comicios del cinco de junio...

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La hegemonía del priismo como clase política está intacta, pese al descalabro de ese partido en los comicios del cinco de junio. Basta con revisar los perfiles de los principales timoneles en la gubernatura y presidencias municipales estratégicas –como Chetumal y Playa del Carmen– para contemplar el bosque. Porque la fallida gestión del ex gobernador Roberto Borge y su imprudente rudeza contra Carlos Joaquín descarriló a un priato que se desplazaba solitario con todos los triunfos en sus alforjas.

Los priistas forman un ejército prácticamente puro, con escasos refuerzos procedentes de otros partidos. Ahora en su desamparo –ya sin su papá grande en la gubernatura– disfrutan su libertad excesiva sin saber qué rumbo tomar, porque por generaciones fueron enseñados a obedecer como autómatas, respaldando los antojos y ocurrencias de sus jefes máximos, sin desafiarlos ni con el pensamiento. 

Los priistas y Morena serán los grandes retadores en 2018, y es altamente probable que entre ambos cosechen el mayor porcentaje de victorias a nivel federal y local. Porque queda claro que un grupúsculo de priistas fue despreciado por los electores, pero hay otros priistas que se han mantenido a flote y captando simpatías.

En cuanto a Morena, pase lo que pase en Quintana Roo es un partido muy poderoso porque el Sumo Pontífice es Andrés Manuel López Obrador, quien como seguro candidato presidencial es amplio favorito en nuestro estado.

Si López Obrador mete mano en Quintana Roo e incorpora como candidatos a priistas con prestigio, sus dedazos pueden tener efectos mágicos para alterar el tablero político a nivel local, independientemente de que los morenos se impongan en la batalla por las cuatro diputaciones federales y las dos senadurías de fórmula.

Los 11 presidentes municipales deben comprender que el encontronazo no es una cita lejana, sino un encuentro que ya se asoma en el horizonte. Por ello estos alcaldes no deben planificar concentrados en un mañana muy lejano, sino para atender lo inmediato atendiendo las necesidades de una población que probó la fuerza de su voto, sobre todo en la capital del estado.

Si panistas y perredistas creen que todos los procesos electorales serán una copia fiel del cinco de junio, se llevarán la decepción de sus vidas.   

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