Prole del Pacto por México
Para quien todavía duda de su eficacia, el Pacto por México resultó tan fértil que hasta robustos pactitos procreó.
El Pacto por México sirvió para sacar adelante la mayor parte de los 95 puntos comprometidos por los dirigentes de los principales partidos y el gobierno federal, con la notable excepción de la reforma energética, que el PRD se negó a discutir siquiera.
Muerto pues, el ánimo que inspiró su existencia sirve hoy para que las fracciones parlamentarias en el Senado extiendan su carta de defunción con la firma de otro trascendental acuerdo: una agenda de 79 puntos a desahogar este año, de los que tendrán prioridad la legislación de las reformas política, de telecomunicaciones, competencia, derecho de réplica, consulta popular, la del Distrito Federal… y ¡la energética!
Los senadores confían en que algo semejante harán sus respectivos correligionarios en la Cámara de Diputados (para evitar congelamientos).
El nuevo compromiso fue acordado por los coordinadores del PAN, el PRI y el PRD, Jorge Luis Preciado, Emilio Gamboa y Miguel Barbosa.
Para quien todavía duda de su eficacia, el Pacto por México resultó tan fértil que hasta robustos pactitos procreó.