Las pruebas PISA y la buena educación

Parece ser que la famosa educación por competencias impulsada desde hace años por el gobierno mexicano no termina de dar los frutos...

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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tiene un programa encargado de valorar el nivel educativo de los integrantes del organismo, el Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés). Hizo públicos recientemente los resultados de la última medición realizada; con base en los resultados obtenidos, los directivos de PISA aseguran que la mejor educación del mundo se encuentra actualmente en Singapur, Japón y Estonia, en ese orden.

Las áreas medidas, más que evaluadas, son ciencia, lectura y matemáticas, a partir de ellas se obtienen ciertos puntajes que determinan el lugar que cada país ocupa entre los 70 que participaron en la prueba. Singapur ha obtenido el sitio de honor en las tres áreas, es el primer lugar tanto en ciencia como en lectura y matemáticas, el segundo lugar corresponde a Japón que ha ocupado el lugar 2 en ciencia, 8 en lectura y 9 en matemáticas, mientras que Estonia ha ocupado los lugares 3, 6 y 9, respectivamente; éstos son los tres países con mejor educación en el mundo de acuerdo con la métrica de PISA.

México ocupó el lugar 55 en ciencia, el 55 en lectura y el 56 en matemáticas, en todos los casos ubicándose por debajo del promedio de los países pertenecientes a la OCDE; parece ser que la famosa educación por competencias impulsada desde hace años por el gobierno mexicano no termina de dar los frutos que supuestamente daría. Ahora a marchas forzadas se intenta imponer un nuevo enfoque educativo: “La escuela al centro”, basándose siempre en el enfoque por competencias, pretende, ahora sí, dar buenos resultados.

Países de los que se podría esperar un alto desempeño, como es el caso de Estados Unidos, no lo han obtenido, es así que los estadunidenses han quedado en el lugar 25 en ciencia, 24 en lectura y 40 en matemáticas, puntajes que los ubican en igualdad de condiciones con algunas naciones como España.

La gran interrogante es si en verdad las pruebas PISA determinan con certeza el nivel educativo de los países estudiados. El director de educación de la OCDE y coordinador de PISA, Andreas Schleicher, afirma que sí, asegurando que quienes no tienen capacidad desarrollada de leer y escribir tampoco cuentan con los fundamentos básicos de ciencia y matemáticas y no tendrán ninguna oportunidad en la vida; reconoce que las ciencias, lectura y matemáticas no son lo único, pero sí son competencias básicas sin las que las personas tendrán un negro futuro.

Sin embargo, no todos están de acuerdo con él, ya que algunos muy destacados académicos de Estados Unidos y Europa han criticado el enfoque de las pruebas, asegurando que PISA mide las habilidades necesarias para cumplir un trabajo, y educar es enseñar habilidades para la vida, no sólo para el ambiente laboral.

Condenan también el afán de obtener conclusiones a través de pruebas de rendimiento escritas; aunque no lo mencionan, es importante recordar que no existe una sola prueba escrita que pueda asegurar con total certidumbre el nivel de conocimiento que un alumno tiene.

Existe un fenómeno mundial: por regla general aquellos alumnos que obtienen las mejores calificaciones y los primeros lugares en las instituciones educativas no son quienes después pasan a ser los trabajadores más exitosos; de hecho, muchos de los mal calificados en las escuelas acaban siendo muy exitosos en el mundo laboral, y es que hay múltiples factores que PISA no evalúa, cosas tales como la inteligencia emocional, las inteligencias múltiples, la empatía, la capacidad de resiliencia, la fortaleza de carácter, la perseverancia, la integridad, el esfuerzo y un gran número de otros aspectos sin los cuales sus muy bien evaluados alumnos nunca tendrán el éxito que les auguran.  

PISA olvida cosas muy importantes, no es lo mismo tener conocimientos y habilidades que usarlos para el bien; nadie garantiza que aquella buena educación que asegura encontrar en los alumnos de los diversos países sea en realidad usada para el bien.

PISA practica un reduccionismo con el género humano al querer hacer del mundo laboral el único ámbito de actuación de la persona, ofrece una visión castrada de lo que es la educación, ya que la reduce a la esfera del trabajo, siendo que la verdadera educación proporciona habilidades para la vida, para vivir en sociedad y en buena relación con uno mismo y quienes nos rodean.

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