Un psicópata asesino (I)

En esta ocasión contaremos el asesinato de unas hermanas yucatecas en Monterrey, a manos de un 'niño rico' que resultó ser un psicópata asesino.

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Un caso que sacudió hasta los cimientos a la sociedad meridana hace cuatro décadas fue el asesinato de unas hermanas yucatecas en Monterrey, a manos de un “niño rico” que resultó ser un psicópata asesino. 

Este sonado episodio ocurrió en la madrugada del sábado 29 de enero de 1977 en la capital regiomontana y las víctimas fueron las hermanas L.M.M. y E.M.M., estudiantes del Tecnológico de Monterrey (ITESM). 

Era la época de la música disco y estaban de moda John Travolta y Olivia Newton-John tras el éxito de la película “Fiebre del sábado por la noche”, y luego la otra cinta “Gracias a Dios que es viernes”. Las dos chicas meridanas, de 20 y 18 años de edad, decidieron ese viernes 28 salir a divertirse tras una semana de estudio. Las jovencitas acudieron a la entonces recién inaugurada discoteca “Sargent Pepper”, entonces la de moda en la ciudad del Cerro de la Silla.

Las yucatecas bailaron hasta el cansancio. La menor de ellas, E.M.M., era la que más éxito había tenido, pues no dejaban de sacarla a bailar los numerosos muchachos que había en el centro nocturno.  Era de grandes ojos, piel morena, cabello largo y atractivas formas y centraba la mirada de todos los varones. Su hermana L.M.M., dos años mayor, se había quedado un rato sentada en la mesa.

Desde un rincón del lugar, entre la penumbra, un sujeto las observaba, sobre todo a E.M.M.  El individuo abordó a L.M.M. Tras presentarse como Edgar, invitó a unas copas a las dos chicas y, cuando ya el antro estaba por cerrar, les ofreció llevarlas al departamento de ellas.

Las hermanas aceptaron, pues la apariencia de intelectual del joven regio les inspiró confianza. Abordaron el auto Valiant último modelo del muchacho y se alejaron de la discoteca. L.M.M. estaba cansada y dormitó en el camino, no así E.M.M. , quien en seguida se dio cuenta de que el tal Edgar las estaba llevado por otro rumbo. Ella se lo hizo saber el joven, pero él le contestó que había tomado un atajo y que llegarían más pronto.

Algo sucedió en el trayecto. El sujeto esa noche, según se sabría después tras las investigaciones, había reñido con su esposa -embarazada de cinco meses- porque ésta no había querido sostener relaciones,  por lo que había salido peleado de su casa, en la colonia de Santa Engracia, del municipio de Garza García, decidido a buscar a una mujer para pasar la noche.

El desarrollo de esta truculenta trama se lo contaremos la semana próxima.

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