Puede haber un cielo azul para los azules
El triunfo incontrovertible de Gustavo Madero y la alta participación en las votaciones de ayer eliminaron completamente la estrategia de impugnación de Ernesto Cordero.
Si son capaces de sosegarse y emerge realmente la generosidad en ganadores y perdedores, los panistas tendrán que reconocer, y celebrar, que el sitio donde se encuentran hoy era impensable después de la cruda derrota en las elecciones de 2012. El PAN está vivo, con mejor salud de lo que se creía y con un panorama nada despreciable para los próximos 12 meses.
El triunfo incontrovertible de Gustavo Madero y la alta participación en las votaciones de ayer eliminaron completamente la estrategia de impugnación de Ernesto Cordero. La legal y la moral. Si el senador aprende de la experiencia y trabaja sus ostensibles debilidades podría tener una nueva oportunidad en 18 meses. Si no, le quedan cuatro años en el Senado, donde el PAN es fuerte, importa, pesa.
Un PAN sólido, institucionalmente cohesionado, puede marcar en junio los alcances y límites en las cruciales y muy llamativas leyes reglamentarias en telecomunicaciones y energía. Luego tendría un año para preparar la elección federal intermedia. Con una izquierda que peleará a muerte entre sí y un PRI que podría pagar por la mala situación económica, el PAN se perfilaría como poderosa segunda fuerza otra vez.
Y solo y/o en alianza con el PRD competiría con buenas probabilidades por los gobiernos de Baja California Sur, Sonora, Querétaro, Michoacán, Nuevo León, Colima y San Luis Potosí, y por muchas de las mil presidencias municipales en juego. Para abrir boca camino a la segunda mitad del sexenio… y el 2018.
Puede haber un cielo azul para los blanquiazules. Si hay generosidad. Grandeza.