¿Pues no que querían seguridad?
¿cómo entender que anoche, a la entrada de Nueva Italia (en su poder desde el domingo), una turba de “libertadores” apedrearan un convoy militar?
Suponiendo sin conceder que los autodefensas (“indignados ciudadanos”, se dicen) pretendan hacer lo que no han hecho las desechables policías constitucionales, y dando por sincero su reclamo de seguridad pública gubernamental, ¿cómo entender que anoche, a la entrada de Nueva Italia (en su poder desde el domingo), luego de que soldados desarmaran a varios, una turba de “libertadores” apedrearan el convoy militar y sus simpatizantes (azuzados con repiques de campanas) bloquearan la carretera de acceso con un tráiler al que prendieron fuego?
Por compleja y prolongada que se perfile la operación federal anunciada ayer en Morelia (y diga lo que diga el doctor Mireles), esta primera reacción manifiesta más una vocación delincuencial que un explicable “hartazgo civil”.
Es clara expresión de lo que advirtieron dos de los sospechosistas gerifaltes (Estanislao Beltrán y Simón El Americano): muchos autodefensas, con sus cuernos de chivo como credencial, la traen contra todo orden legal.